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Los peritos confirman que las cartas de KIO que usó De la Rosa eran falsas

Dos expertos policiales confirmaron ayer ante la Sala Décima de lo Penal de la Audiencia de Barcelona la falsedad de las dos cartas con el membrete de KIO y la firma del ex presidente de este organismo que Javier de la Rosa utilizó para reclamar a este organismo inversor de Kuwait 51.900 millones de pesetas. El juicio finalizará hoy con la exposición de los informes de las partes. Ayer, la fiscal y la acusación particular mantuvieron la petición de tres años de cárcel y multa de nueve millones de pesetas o seis meses para De la Rosa.

Tras escuchar los testimonios periciales, la fiscal se ratificó en su petición de pena para De la Rosa, tres años de prisión y nueve millones de pesetas o seis meses de multa, al tiempo que retiró la acusación contra Carlos Guix, administrador de una de las sociedades utilizadas por el financiero para intentar estafar al grupo Torras-KIO y a su principal accionista, KIA, sociedad que ejerce la acusación particular en el caso. Los representantes legales de esta última también se ratificaron, en este caso contra los dos imputados. El juicio concluye hoy con la presentación por las partes de sus informes.El juicio ha tratado de aclarar si De la Rosa presentó dos cartas ante un juzgado civil de Barcelona para documentar un supuesto compromiso de KIO de recomprar por 51.900 millones de pesetas un paquete de acciones de Torras que estaba en manos de dos sociedades controladas por el financiero. Según los letrados de Torras-KIO, al presentar la demanda, De la Rosa quería evitar precisamente que la empresa le reclamase los 51.900 millones que se le habían prestado para la compra de las acciones.

Los expertos policiales que prestaron declaración ayer confirmaron que las dos firmas del ex presidente de KIO, Fahad Al Sabah, fueron elaboradas por ordenador, teniendo como origen un fotomontaje o el escaneo de otra firma, y por ello son idénticas en todas sus caracteristicas.

En otro sumario, el del caso Grand Tibidabo, tanto De la Rosa como su antigua secretaria, Rosa Garrido, ya reconocieron que utilizaron montajes de cartas de entidades financieras que presentaron ante terceros.

La acusación particular, representada por el abogado Ramón Pelayo, y la fiscal también pusieron en evidencia la solvencia de los informes periciales aportados por la defensa. En primer lugar, al requerir a los dos peritos contables, Francisco Bosch y Rafael Redondo, que exhibieran los documentos en los que basaban su análisis de que la operación tentada por De la Rosa no implicaba ningún daño para KIA.

Quedó claro que el ex financiero había elaborado versiones distintas de los supuestos contratos firmados entre KIO y las sociedades por él controladas. Los que habían sido entregados a los peritos por De la Rosa incluían la obligación del grupo kuwaití de comprar las acciones con todas las cargas que pesaran sobre ellas. Por contra, en la documentación obrante en la causa no aparece expresada semejante cláusula, que había sido considerada como inimaginable por el letrado Pelayo durante la primera sesión del juicio.

También quedó de manifiesto que las acciones de Torras a las que se referían esos contratos no eran las mismas que posteriormente De la Rosa intentó que le fueran recompradas por la empresa, que en el momento de presentar la demanda civil ya se encontraba en situación de suspensión de pagos.

De la Rosa y su equipo de letrados defienden que las acciones fueron siempre propiedad del grupo KIO y que él no actuó más que a título de fiduciario para esquivar la legislación que prohíbe a las empresas tener más de un 5% de acciones propias en autocartera. Algo que también sucede en Ercros.

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