La economía japonesa entra en recesión por segunda vez en dos años al caer el 1,4% en el último trimestre
La economía japonesa se contrajo un 1,4% en el último trimestre de 1999 y ya había registrado un retroceso del 1% en el tercer trimestre. Técnicamente, Japón ha entrado en recesión por segunda vez en dos años. La caída superó en 0,4 puntos la previsión del mercado. Pese al resultado, el Gobierno aún prevé que el PIB del país crezca un 0,6% durante el ejercicio fiscal de 1999, que culmina el 31 de este mes. El consumo privado, el mayor obstáculo para el despegue económico por su peso en el PIB (un 60%), cayó un 1,6%. Tras conocerse el dato, la Bolsa de Tokio retrocedió un 2,84%.
La caída, dada a conocer ayer por la Agencia de Planificación Económica (EPA), excedió las expectativas de los economistas que habían vaticinado un descenso del 1%, similar al del trimestre anterior. El segundo descenso trimestral consecutivo del producto interior bruto (PIB) corresponde a la definición técnica de recesión y el anuncio restó un 2,84% a la Bolsa de Tokio, que cerró con su caída más pronunciada del año. No obstante, la mayoría de los analistas no atribuyó la caída del Nikkei a los datos del PIB.En términos interanuales, la economía japonesa se contrajo un 5,5% entre diciembre de 1998 y diciembre pasado. El retroceso en el último trimestre de 1999 supone la entrada de Japón en recesión por segunda vez en dos años. El primer parón de la economía se produjo en el último trimestre de 1997 y se prolongó consecutivamente durante otros cuatro.
Nadie gasta
El gran obstáculo de la segunda mayor economía del mundo es el estancamiento del consumo. La incertidumbre sobre el futuro económico, así como el máximo histórico de la tasa de paro (4,7% en 1999) ha hecho más agarrados a los japoneses a la hora de gastar. Esta situación es muy común en muchos países, incluso desarrollados, pero en Japón es un problema. Aún en épocas de bonanza, el ahorro japonés era uno de los más elevados del mundo. El consumo privado se contrajo un 1,6% en el último trimestre de 1999 con respecto al tercer trimestre, y durante este último periodo ya había caído un 0,2%.
El Gobierno, no obstante, ha visto signos positivos en las cifras, y pese al descenso del consumo, destacó el aumento del gasto de las empresas en un 4,6%. Este último indicador fue destacado por el director de la EPA, Taichi Sakaiya, como evidencia de que la economía se encuentra en una "senda de recuperación" y que aún es "factible" lograr el objetivo oficial de crecimiento del 0,6% para el año fiscal en curso, que termina este mes. Para lograr la meta oficial, el PIB de enero a marzo deberá exceder el 2%.
El ministro de Finanzas, Kiichi Miyazawa, hizo eco de la visión optimista y señaló que el trimestre actual será de clara recuperación. "Todos sabemos que el consumo entre enero y marzo aumentará", afirmó Miyazawa en referencia al indicador que genera el 60% del PIB japonés. En Tokio ha trascendido que la EPA publicará el viernes un informe de valoración económica en el que por primera vez desde que se inició la actual crisis, en abril 1997, se describe con la palabra "recuperación", y no con la habitual "mejora moderada", el estado de la economía, según informa la agencia Efe desde Tokio.
El avance previsto por el Gobierno se fundamentará en el aumento de los beneficios de las empresas y en la reducción de los inventarios, factores que contrarrestarían la baja inversión en vivienda y el descenso del consumo individual. La visión positiva del Gobierno se apoya además en el aumento de la producción industrial, que registró un ascenso anual en enero por séptimo mes consecutivo y que se atribuye al avance de las importaciones de Asia desde Japón.
Teruhiko Mano, asesor y miembro del consejo directivo del Banco de Tokio-Mitsubishi, apunta una razón más para ser optimista, la evolución del mercado financiero. "A finales de 1999", explica Mano, "la capitalización de la Bolsa de Tokio era de 442 billones de yenes (716 billones de pesetas), 164 billones superior a la de finales de 1998". "La mayor parte de esa inversión es doméstica y es un signo de confianza de los ahorradores (...) Tal vez no compren coches, pero invierten en Bolsa", concluye. Durante el periodo de mayor crecimiento de la burbuja financiera japonesa, en 1989, la Bolsa de Tokio llegó a registrar un valor de 640 billones de yenes.
Mano está a medio camino de la opinión de los analistas locales respecto al futuro inmediato de la economía. Unos argumentan que sin aumento del consumo individual es imposible una recuperación y los otros que el sector privado puede encabezar perfectamente la recuperación. Aún en el seno del Banco de Japón se vienen produciendo desde hace un año diferencias respecto al futuro económico. Unos, con datos en mano, hablan de deterioro real de la economía. Otros, desacreditan el peso de los datos de crecimiento en el contexto amplio de la actividad. Estos últimos aseguran además que aún no se han visto reflejados en la economía la decena de planes de reactivación que el Gobierno ha puesto en marcha, con una inversión de fondos públicos de unos 125 billones de yenes.
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