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ELECCIONES 2000

El bajón electoral acelera el debate sobre el relevo en la cúpula del PSC

Enric Company

Narcís Serra, primer secretario del PSC, inició ayer su primera jornada poselectoral reafirmando su decisión de continuar al frente del partido, en entrevistas a varias emisoras de radio. Pero la demanda de renovación de la cúpula socialista, contenida durante el último año para no perjudicar los resultados electorales, emergió con fuerza, hasta tal punto, que el secretario de organización socialista, José Montilla, se vio obligado a emitir un comunicado a media tarde en el que aseguró, respecto al congreso convocado para el mes de junio: "Renovará nuestro proyecto, nuestra organización y nuestra dirección".

Serra no aclaró ayer si quiere optar de nuevo a la primera secretaría del partido en el congreso convocado para los días 16, 17 y 18 de junio. Dijo que "es pronto para hablar de eso". Pero sí dejó claro que, a diferencia de lo sucedido en el PSOE, no considera que el resultado de las elecciones legislativas le obligue a dimitir de su responsabilidad al frente del partido. Al revés, el primer secretario destacó que el PSC ha ganado las elecciones legislativas en Cataluña y, además, ha cerrado con esta victoria un ciclo electoral completo "ganándolas todas". Su opinión es que el resultado del domingo invita a la continuidad.Pero hay muchos miembros del PSC, entre los cuadros medios y entre los simples afiliados, que consideran llegada la hora de un cambio en la cúpula del partido. No tanto porque crean que los resultados del domingo obliguen a ello como porque estiman que los principales dirigentes, que pertenecen a la generación que fundó el PSC hace 22 años, llevan ya demasiado tiempo al frente del socialismo catalán.

"No 'a rebufo' del PSOE"

Ya en la noche del domingo, algunos dirigentes socialistas expresaban su convicción de que es necesario emprender una decidida renovación, como por ejemplo el alcalde de L'Hospitalet, Celestino Corbacho. Algunos dirigentes expresaron ayer de nuevo esta opinión, aunque escudándose en el anonimato y destacando que no habrá renovación si no alcanza al primer secretario.

Montilla intentó atajar el debate remitiéndolo al congreso. del mes de junio. "En un proceso congresual todas las posiciones son legítimas", afirmó, "y no tenemos problema alguno en que los medios de comunicación recojan nuestro debate con absoluta transparencia". Pero a continuación advirtió: "Es conveniente que las posiciones de cualquier militante o dirigente del partido sean avaladas por su nombre en el momento de llegar a los medios de comunicación".

El secretario de organización afirmó también que "es obvio que el noveno congreso será de renovación", y que la renovación alcanzará "al proyecto, la organización y la dirección". No obstante, consideró "prematuro" avanzar ahora "los cambios concretos que vayan a producirse". Montilla agregó en nombre de la dirección: "Podemos asegurar que [los cambios] se producirán en un clima de amplio consenso" y "buscando siempre la mejor conexión con la ciudadanía y los sectores sociales que representamos".

Algunos de los dirigentes que desde hace tiempo se han declarado partidarios de emprender el relevo en la cúpula socialista, como los diputados Miquel Iceta y Joan Ferran, consideraron ayer "prematuro" abrir ahora mismo el debate sobre la primera secretaría del partido. Se mostraron preocupados por la incidencia que, de forma mimética, pueda tener en el PSC la crisis de dirección que ha estallado en el PSOE tras la dimisión de Joaquín Almunia como secretario general. "No es justo ni acertado cambiar de líder vinculando el cambio con la crisis del PSOE", dijo Iceta. Añadió, además, que en estos momentos "no hay en el PSC ningún grupo que tenga madura la idea de que ahora toca cambiar de primer secretario".

En parecidos términos se pronunció Joan Ferran, secretario de organización de la federación de Barcelona, una de las más importantes del partido. "Tiempo habrá para discutir quién ha de ser el primer secretario", dijo, "pero desde luego no ha de ser a rebufo de lo que suceda en el PSOE".

Uno de los dirigentes territoriales del PSC, Ramon Vilalta,de la federación de Lleida, aseguró que no existe en la actualidad ninguna acción concertada de este grupo, por lo demás bastante heterogéneo, que en 1994 provocó la caída de Raimon Obiols como primer secretario. Admitió que "mucha gente en el partido cree que debe haber un relevo generacional". Pero aseguró que "ni ha habido reuniones, ni hay posiciones fijadas, ni hay nada decidido por nadie".

La situación es particularmente compleja en el PSC porque, con independencia de otras cuestiones, Serra no es, como recordó ayer Montilla, el líder parlamentario del partido en el escenario catalán. Este líder es Pasqual Maragall y es sobradamente conocido en el PSC y fuera de él que Serra y Maragall forman un tándem inseparable. No es tampoco un secreto que Maragall tiene en mente una idea del funcionamiento y la organización del partido bastante alejada de la que impera entre quienes lo controlan en la práctica desde las agrupaciones y las federaciones territoriales. Pero tanto para las pasadas elecciones autonómicas como para poder plantear las próximas con unas mínimas garantías de éxito, necesita tener a alguien de su entera confianza al frente de la estructura del PSC. Esa persona ha sido Serra hasta ahora.

Conflicto aplazado

Las diferencias de Maragall con los responsable territoriales son notorias, y sólo la necesidad que el PSC tiene de un líder electoral potente para enfrentarse a Jordi Pujol les obligó a aceptar que colocara a una tercera parte de independientes en la candidatura de las pasadas elecciones autonómicas. Serra contribuyó entonces a que el PSC encajara sin conflictos mayores las pretensiones de Maragall.

Pero la expresión del descontento originado en aquel momento en la estructura orgánica del PSC no fue eliminada, sino sólo aplazada para cuando finalizara el ciclo electoral. Es decir, hasta ayer.

En su condición de alcalde de Cornellà de Llobregat, Montilla es, al mismo tiempo que secretario de organización, uno de los dirigentes territoriales con mayor influencia entre sus pares. Y ayer aseguró que, sean los que sean, "los cambios se producirán en un clima de consenso". Agregó, además, que en esta cuestión "lo principal es la posición de Narcís Serra".

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