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Los réditos en las urnas de la xenofobia

Los sucesos racistas de El Ejido, silenciados en la campaña, condicionan el resultado electoral, muy favorable al PP

Tereixa Constenla

Juan Enciso, el alcalde, votó visiblemente al PP: ante las cámaras eligió con calma las tres papeletas (Congreso, Senado y Parlamento andaluz). Abdelhafid Arrachidi, uno de los pocos inmigrantes con derecho a voto en El Ejido, lo hizo respetando su "conciencia de clase". Sergio, un joven de Santa María del Águila, votó al PP por su postura durante los sucesos racistas ocurridos en febrero.Los disturbios de El Ejido dieron la vuelta al mundo, pero durante la campaña se silenciaron. Las referencias políticas escasearon, a pesar de que la pugna entre PSOE y PP en Almería dependía en gran medida de sus posiciones ante lo ocurrido en el municipio, el segundo en número de electores (36.965, de los que votaron 23.390, el 63,26%) de la provincia.

La cita de ayer, que se desarrolló sin incidentes, midió algo más que las preferencias sobre el inquilino de La Moncloa o de San Telmo (sede de la Presidencia de la Junta de Andalucía). Fue un termómetro para calibrar si el alcalde goza del respaldo del que presume y si el discurso de rechazo al extranjero fermenta en las urnas. Y el respaldo fue total: el PP pasó del 46,54% en 1996 al 64,12% ayer. Es decir, de 10.458 electores a 14.873. Los socialistas bajaron más de 15 puntos: del 41,33% al 26,11; mientras IU cayó del 8,79 al 2,37.

Con Sergio, de 20 años, ha funcionado. Reside en la barriada de Santa María del Águila, embrión de las movilizaciones espontáneas de condena por el crimen de Encarnación López, cometido supuestamente por Lebsir Fahim, que derivaron en ataques racistas contra los bienes de magrebíes el pasado 5 de febrero. Cuando se estrenó como elector en los comicios municipales de 1999 apoyó al PSOE: "La primera y la última. Los socialistas no han hablado muy bien de este pueblo". Ayer votó al PP: "El alcalde ha hecho lo que tenía que hacer".

Su testimonio contradice a Juan Enciso, que desligó "los sucesos de unas elecciones democráticas", instantes después de votar en el colegio Gabriela Mistral. Después de votar, pronosticó un claro avance de su formación en Almería, pidió la reforma de la Ley de Extranjería como una "necesidad" imperiosa del nuevo Gobierno y aseguró que "muchos socialistas honrados y transparentes" figuran entre las 40.000 firmas de apoyo que dice haber recogido.

"Cambiarían las cosas si los inmigrantes votaran", plantea con firmeza Abdelhafid Arrachidi. La presidenta de la mesa del colegio del Círculo Cultural desistió, a la tercera tentativa, de pronunciar su nombre: "Abdel... Abdel... Abdel...". Los magrebíes que, como él, pueden votar -obtuvo la nacionalidad española tras casarse con una ejidense- son sólo 200. A Arrachidi, copropietario de dos locutorios telefónicos destrozados en febrero, no le convence ningún partido; ha optado por "el menos malo". Censura a la derecha por utilizar a los inmigrantes como "moneda de cambio para ganar votos" y a la izquierda por su "cobardía" y su "timidez" ante los actos racistas. Pero si alguien despierta su rabia es el alcalde: "Fomenta el racismo desde las instituciones".

Su desaliento ante el futuro es palpable: "Aquí no hay posibilidad de crear un clima favorable de respeto hacia otras culturas". Abdelhafid y Elena, una de las pocas parejas mixtas de El Ejido, piensan en irse. No quieren que sus tres hijos crezcan en un lugar donde "se desprecia a una parte de su identidad".

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Sobre la firma

Tereixa Constenla
Corresponsal de EL PAÍS en Portugal desde julio de 2021. En los últimos años ha sido jefa de sección en Cultura, redactora en Babelia y reportera de temas sociales en Andalucía en EL PAÍS y en el diario IDEAL. Es autora de 'Cuaderno de urgencias', un libro de amor y duelo, y 'Abril es un país', sobre la Revolución de los Claveles.

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