Frutos recibe el homenaje de Anguita en el mitin final de la campaña
El cierre de campaña de IU, en un abarrotado pabellón de Convenciones de la Casa de Campo, en Madrid, con más de 3.000 personas, estuvo dominado por el emocionado homenaje que el coordinador general, Julio Anguita, rindió desde el estrado al candidato, Francisco Frutos, a quien atribuyó -"y no a Joaquín Almunia"- el mérito de haber alcanzado el pacto, y a quien presentó como un político "con la solidez del hombre que tiene principios" y que, por encima de todo, es su amigo y la persona con quien ha compartido 12 años de dirección política. Un reconocimiento y unas palabras que, en un Anguita con la voz casi entrecortada, sonaban a un paso de testigo en la dirección de IU.Era el momento más esperado de la campaña de IU. Anguita y Frutos encima de un escenario por primera vez desde que se lograra el pacto. El que sigue siendo el líder de la coalición dejó para la segunda parte de su intervención las loas a Frutos, porque antes hizo una especie de justificación de su carrera política, ya que interpretó el pacto como la prueba más evidente de que "por fin el programa se ha abierto camino. Porque hablar de unidad sin programa es caer en la demagogia". Además, en uno de sus clásicos tonos altivos, clamó que la "hoja de servicios" de IU es "la más limpia de todas las que hay en España". Pero no sólo habló del pasado. También quiso adivinar el futuro de la coalición y en tono optimista apuntó que el acuerdo no es más que "una semilla, un embrión" de lo que puede ser el futuro de la izquierda. Como era de esperar, y por ello se ha evitado hasta ayer que ambos coincidieran, Anguita robó algo de protagonismo a Frutos, pero éste supo recuperar su discurso habitual y obtuvo muchos más aplausos que en cualquiera de sus anteriores mítines.
Poderes oligárquicos
Las diferencias de tonos entre ambos se notaron desde la primera frase de Frutos. "No me gusta hablar de verdades absolutas, todo es relativo", comentaba el candidato. Los dos ejes de su discurso fueron los mismos que en toda la campaña: el paso a un segundo plano de la utopía en IU para recuperar la política frente a los poderes oligárquicos de financieros y empresarios y la necesidad de que la izquierda recupere el poder para evitar que las políticas económicas del PP acaben con las conquistas de la lucha obrera durante el siglo XX.
Y el pacto con el PSOE. El acuerdo es el mayor activo político de la coalición, y así lo reconocen sus dirigentes. Sobre todo porque gracias a él Izquierda Unida ha pasado del desahucio a la primera división, aunque sólo sea para atacar sus propuestas. Frutos ha apostado "sin complejos" como dice él, por el pacto, y ha cuidado de forma exquisita al PSOE. Aunque tampoco ha querido descuidar del todo a ese importante sector de votantes de IU que tiene un odio visceral al PSOE. Su argumento para convencerles: votad a IU, luego criticaréis, porque si no lo hacéis vendrá el PP y todo será peor.
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