La constancia republicana en el Ebro

Marta Cid (Amposta, 1960) es, pese a su juventud, una militante histórica en ERC. Antecedentes familiares no le faltan: un tío abuelo en Mauthausen y su padre y sus hermanos también le acompañan en su andadura republicana. Comenzó a militar con 18 años en Barcelona, mientras estudiaba psicología: "Los aires de cambio de transición", explica. Concejal en Amposta desde 1993 y vicepresidenta del Consejo Comarcal del Montsià, completa ahora la lista de la Entesa Catalana de Progrés al Senado.Su evolución política ha discurrido a la par que la formación: "Cuando se tienen 18 o 19 años, las reivindicaciones por las que se lucha son más globales, la identidad nacional, la soberanía, la independencia. Luego, cuando te acercas a la política cotidiana, a los problemas de la ciudadanía, la política adquiere además otro sentido". Poco más observa de la anterior etapa de los republicanos, encabezados por Colom.

Sus compañeros en el partido la definen precisamente por su coherencia y constancia, virtudes que la han situado como un referente en el territorio que domina. Vinculan su formación como psicóloga (trabaja en un centro de disminuidos psíquicos) a sus características de persona discreta, ajena a los protagonismos y a su capacidad para trabajar en equipo. Uno de sus últimos disgustos: que se la responsabilizara de la moción de censura en Sant Carles de la Rápita, cosa que, según confiesan, se tomó muy mal.

Cid, que se define como una luchadora (por mujer, por proceder del Ebro y por militante de ERC) considera que la Entesa es una buena apuesta para un país "que merece la oportunidad de normalizarse" y una ocasión importante para rehacer el Senado. Y recuerda que fue ERC la que inició el discurso de las lenguas, de la plurinacionalidad y de la reforma de la Cámara. Fidelidad hasta el fin.