EN LOS MEDIOS Están pasando cosas CARLOS ELORDI

Quedan cuatro días. Y aunque parezca que el asunto va al tran tran, están pasando cosas. En primer lugar, que ayer ETA dio lo que los rojos de antes llamaban un salto cualitativo. Lo confirmaba una mujer del barrio de Intxaurrondo en Antena 3. "Hasta ahora estábamos tranquilos porque creíamos que eso de las bombas en medio de la calle sólo pasaba fuera. Pero ahora las ponen también en el País Vasco, como en España". Y en la prensa vasca destilaba el temor de que eso retraiga a los votantes. "A los ciudadanos sólo cabe rebelarnos participando el domingo", clamaba ayer el editorial de El Correo de Bilbao.Hablando de señoras, hoy es el día de la mujer trabajadora. Pero el guión de campaña del PP le obligó a Aznar a celebrarlo con 24 horas de adelanto. Las teles lo sacaron menos envarado que otras veces en medio de su público femenino. Seguramente porque le da confianza comprobar que esas señoras que van a los actos de la derecha no cambian, que son siempre iguales, respecto a cómo eran hace cuatro años y entre sí.

De las otras mujeres se habla poco. Pero, sin referirse a ellas, ayer Antena 3 no las dejó del todo bien. Ni tampoco a los hombres. Un estudio citado por esa cadena concluía, en efecto, que sólo el 43% de los españoles se ducha todos los días. Y que la mayoría -aquí se supone que está hablando de las hembras- emplea más tiempo en limpiar el baño que en su higiene personal. O sea, que hay mucha guarra, o guarro. Pues aunque hay bastantes en que no, ya debe de haber ducha en la mayoría de las casas. ¿O es que eso de lavarse de arriba abajo todos los días es sólo una moda impuesta por las películas norteamericanas y no hace falta? Sobre eso han teorizado algunos intelectuales mexicanos, siempre tan antiyanquis ellos. En todo caso, aquí lo del alicatado hasta el techo, para que el agua de la ducha no moje el yeso, es uno de los más elocuentes signos de bienestar. Pero por lo que se ve, muchos lo quieren sólo para sacarle brillo. Sea como sea, Antena 3 se salió de la ortodoxia que exige contar que todo es perfecto: claro, que Aznar no tiene la culpa de que que la gente no se lave.

Aunque la cadena de Telefónica no se quedó sola en poner peros. Pasado el vendaval de las ofertas de fin de campaña, ayer los diarios de la derecha volvieron a la cordura en lo de las pensiones. El Mundo no se recató en publicar un artículo de un catedrático del CEU-San Pablo, en el que se decía: "Nuestro sistema de pensiones sufrirá un choque ineludible, lo que impone reformar el régimen vigente, acercándonos cada vez más a un sistema de capitalización, a la vez que poco a poco se abandona el sistema de reparto". Así han pensado siempre los neoliberales: que cada cual se apañe su vejez como pueda. Pero desde hace meses estaba prohibido decir eso en España. ¿Por qué sale ahora? ¿Es que están tan seguros de que van a ganar que ya se atreven a amenazar con que van a hacer lo que siempre han querido?

El editorial del Abc confirmaba que la idea está extendida. Sólo que este diario emplazaba a la izquierda a ayudar al PP: "El mantenimiento de este alentador panorama para este colectivo de mayores exige que se produzca en la próxima legislatura un segundo acuerdo entre todos los partidos políticos para garantizar el futuro de la Seguridad Social" . El Abc debe pensar que el que advierte no es traidor. La nota extravagante la daba el Corriere della Sera. Su articulista Sergio Romano, el mismo que hace meses defendió que Franco fue muy benéfico para España y para Occidente, escribía: "La campaña española es moderna, discreta, elegante". Y eso porque las calles no están llenas de papeles.