Desinfectar con humor

Televisiva y electoralmente hablando, el fin de semana tuvo otro look. El candidato socialista se quitó la corbata (sólo el sábado; el domingo sintió la necesidad de volvérsela a poner) mientras que Aznar mantuvo la corbata pero se quitó la chaqueta (domingo). En el Telediario (TVE-1, 21.00) del sábado, la presencia del PP fue tan descarada que incluso resultó divertida. Vídeo resumen del mitin de Aznar en Bilbao, conexión en directo con otro mitin en Almería (con sorpresa el mismo candidato en pantalla) y, al cabo de unos minutos de pluralidad de cuota utilizados para seguir con la campaña de demonización de Arzalluz, segunda conexión pepera justificada, esta vez, por las elecciones andaluzas. Pero, a parte de esos quítame-allá-esos-minutajes, los protagonistas del sábado y del domingo han sido los sondeos y la subasta, auténtico remake de El precio justo de pensiones. ¡Menuda lluvia de escaños virtuales! ¡Con qué alegría se compra la voluntad de los pensionistas! Entre tantas siglas y gráficos uno acaba perdiendo la noción del espacio, del tiempo y de la decencia. Incluso renuncié a salir a cenar y me pedí una pizza con triple ración de colesterol. Cuando llegó el repartidor, Aznar estaba diciendo que los contratos-basura se han acabado en España (en directo, en TVE-1). Tuve que contener al repartidor para que no se abalanzara, en un ataque de ira, sobre el televisor.

Menos mal que, para amenizar tanta mercadotecnia electoral, ayer se emitieron dos joyas reconstituyentes (comparables a la elección de Miss España que, incomprensiblemente, no ganó Luis María Ansón). Por un lado, el resumen semanal de Las noticias del guiñol (Canal+) y, por otro, Caiga quien caiga (Tele 5). Es curioso como, con el tiempo, los muñecos del Guiñol se han ido humanizando mientras que, a fuerza de impostar su retórica, los candidatos reales se van guiñolizando. Como aperitivo al debate de esta noche (Canal+, 22 h), vimos a los guiñoles interpretando la actualidad informativa con corrosiva distancia. ¿Lo mejor? El sudoroso Piqué en apuros, Aznar disfrazado de hippy y liándose un peta y la pareja Almunia-Frutos disfrazados de Buzz Lightyear y de Woody del Toy Story y gritando con el realismo propio de los dibujos animados y un conmovedor patetismo: ¡Hasta la Moncloa y más allá! El Gran Wyoming, en cambio, dirigió un trepidante repaso a la actividad electoral que quedó resumido en una frase de su cáustico sermón dominical: Disfrutad de esos días de ilusión, que ya vendrá el 13 de marzo a poner las cosas en su sitio. Los demás, mientras tanto, seguían con su estribillo. Si las elecciones se celebraran hoy, decían, pues eso, lo otro y lo de más allá. Y si mi abuela tuviera dos ruedas, sería una bicicleta, no te jode.