EN LOS MEDIOS Y esta semana, ¿qué? CARLOS ELORDI
A la vista de los sondeos de ayer, cabe pensar que los periódicos podrían haberse ahorrado un montón de dinero si hubieran encargado sólo uno para todos. Es un decir, porque la credibilidad va por barrios. Pero impresionan las coincidencias que registran las siete encuestas distintas que los diarios publicaron el domingo. Por ejemplo, la distancia que separa a los pronósticos relativos al PP que aparecen en seis de ellos es de sólo 6 décimas: entre el 41,5% de El Correo de Bilbao y el 42,1% de Diario 16. El del Abc es el único que se aleja de la norma y da un punto menos al partido de Aznar que el que menos de los demás. La unanimidad es total con el PSOE: las previsiones oscilan entre el 36,7% y el 37,4%. Y se mantiene al pronosticar los descensos de IU y de CiU y el alza del PNV.También son muy similares los datos relativos a los encuestados que no dicen a quién van a votar. Oscilan entre el 35,0 % de la encuesta de EL PAÍS y el 42% de El Correo. Pero esta distancia se debe también a que a las habituales categorías de incierto, el diario vasco añade otra: la de los que ya han optado, pero podrían cambiar de opción. Son más del 8% del total de votantes, según El Correo. Y, en conjunto, el 58% de los que aún dudan podría decantarse bien hacia el PSOE bien hacia el PP.
El Abc no facilita estas informaciones. Tampoco lo hace, entre otros, El Mundo. Pero en lo que claramente se distingue este diario de los demás es en su interpretación de los datos. Su primera página hasta expresa un punto de preocupación: "El PP lograría al menos 164 escaños, pero la izquierda podría llegar a 160". Y eso que la primera cifra representa la peor expectativa que su encuesta da al PP y la segunda es el mejor resultado posible para toda la izquierda, incluido el BNG. El editorial de El Mundo añade: "Las elecciones en el aire, a juzgar por los sondeos". Más claro todavía lo dice Rodrigo Rato en La Razón: "No hay que fiarse de las encuestas". Y hace un llamamiento al electorado del PP: "Las elecciones no están ganadas".
Si a esas advertencias se une el hecho de que es justamente el Abc el que atribuye menos votos al PP, se podría sospechar que, pintando las cosas peor de lo que están, lo que pretenden los medios de la derecha es movilizar hasta el último de sus votos posibles. ¿Sólo para ganar o también para lograr una mayoría absoluta que creen que está a su alcance? Podría ser eso lo que ordena el guión, no precisamente mal hecho, de la campaña del PP. O también podría ser que la derecha teme que los sondeos fallen, como en 1996. Porque las cifras de indecisos siguen siendo muy parecidas a las de entonces. Pero hay una diferencia. Y no pequeña: en aquella campaña, la valoración de Felipe González fue siempre mucho mejor que la de Aznar, mientras que todas las encuestas de ayer daban a éste por encima de Almunia en este capítulo. Que a decir de algunos expertos es el que más moviliza a los apáticos.
Tele 5 se preguntaba ayer qué tienen preparado los partidos para la semana final de campaña. No hallaba respuesta. Y las televisiones pro-PP destacaban que a Frutos no le ha gustado esa promesa sobre las pensiones con la que Almunia sorprendió el sábado. Por cierto, que las caras de los asistentes a los mítines del PSOE y de IU que ayer sacaron esos medios, mostraban menos alegría de la de otras veces. ¿Porque no la tenían o porque así lo decidieron los realizadores? Lo que es verdad es que en esas teles ha dejado de aparecer el traductor para sordomudos que hasta ahora obsesivamente se mostraba, casi en primer plano, junto a los oradores de la izquierda.
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