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PSOE: "España es hoy una sociedad más desigual"

Francisco Fernández Marugán, candidato socialista, subraya que hace falta más cohesión social y territorial

"Quien se examina es el Gobierno". Francisco Fernández Marugán, socialista veterano, cabeza de lista por Badajoz, hizo esta advertencia casi en primer lugar. Antes de sentarse a la mesa, en una conversación informal, afirmó que el mitin seguía teniendo sentido: "Hay que dar argumentos a los ya convencidos, para que propaguen las ideas". El candidato se reunió con el grupo de Almendralejo un día después que Barrero, en el mismo lugar y a la misma hora. El grupo estaba más suelto que la víspera. El político socialista, por su parte, había leído con atención las opiniones de cada uno en domingos anteriores y estaba familiarizado con las inquietudes de sus interlocutores. Se optó por el tuteo, pero el usted se inmiscuyó con frecuencia."Esta campaña tiene dos elementos singulares. Uno, que por primera vez desde la muerte del general Franco se examina un Gobierno de derecha; dos, que por primera vez la izquierda tiene un proyecto común", explicó. "La democracia ha ido bien en España", siguió, "pero yo creo que durante el Gobierno del PP las cosas han ido menos bien: el gasto social ha caído, la inversión pública está paralizada y la presión fiscal se ha elevado".

Fernández Marugán centró sus argumentos en el equilibrio entre mercado y sociedad. "Hay personas que pueden adquirir sanidad o educación en el mercado; otras no pueden. España", opinó, "es hoy una sociedad más desigual que en 1996, y con unos problemas de tensión política y de violencia que Dios quiera seamos capaces de reconducir".

Para explicar los proyectos de su partido, el político se refirió a la situación macroeconómica. "Simplifico para ser pedagógico", advirtió. "Ahora hay una cierta abundancia. ¿Qué hacer? Alguien podrá decir: paguemos la deuda. Clinton lo ha hecho. Y no está mal, es una forma de aliviar cargas a las generaciones futuras. También se podría hacer otra cosa, un esfuerzo inversor considerable". Es la opción del candidato: un "esfuerzo inversor" en infraestructuras, regadío y reforestación para mejorar la cohesión territorial en España; en prestaciones sanitarias y en prestaciones sociales, "sobre todo para la mujer que sale a trabajar"; y en empleo, para aprovechar una juventud que constituye "la generación más preparada de los últimos 30 o 40 años".

"La oferta de la derecha se basa en reducir el Estado y ampliar el mercado. Nosotros no queremos que los servicios públicos sean una mercancía. Sin negar el mercado, queremos una sociedad con derechos... y obligaciones, como la tributaria; una sociedad que articule la libertad y la igualdad".

Silvestre Gómez Zafra rompió el fuego con una pregunta sobre alianzas. Se declaró favorable al pacto entre PSOE e IU, pero quiso saber si la izquierda buscaría el apoyo de CiU si le faltaran unos escaños.

"El PSOE tiene 140 escaños en el Congreso, e IU, 20. Son 160. ¿Hasta dónde tenemos que llegar? Hasta 175. Si hay disciplina de voto, ahí hay una mayoría para gobernar. Pero si no alcanzamos los 175, ya veremos. Hay preguntas que sólo se pueden responder después de la noche electoral". "En cualquier caso", añadió, "el pacto PSOE-IU ha tenido una doble virtud: hablamos de derecha e izquierda, cosa muy sana en política, y el nacionalismo se ha situado en un segundo plano. En el supuesto de que gobernáramos, hablaríamos con los nacionalistas. Pero eso no significa que ellos dicten lo que hay que hacer, como ha sucedido en la pasada legislatura".

Faustino Rubio fue directo. "Impuestos: ¿qué haría el PSOE?".

El político destacó que los impuestos no habían bajado con el PP. "La presión fiscal ha subido dos puntos. Ha bajado el IRPF(en el que, por cada 100 pesetas recaudadas, 83 provienen de las rentas del trabajo), pero ha subido, en mayor proporción, la imposición indirecta. Se grava a la gente cuando trabaja, y se la grava cuando consume. Esto no puede ser, es una distribución muy injusta".

Antonio Gil abundó en la fiscalidad: "El impuesto sobre actividades económicas es el más injusto. Te grava por existir". Fernández Marugán prosiguió con la carga fiscal que soportan los salarios, frente a la benevolencia con que se trata a las rentas de capital. Antonio amplió su pregunta a los autónomos, sin que la respuesta llegara a precisarse.

Facundo Gil, pediatra, preguntó sobre medicina: "¿Por qué no elegir libremente entre sanidad pública y privada?".

-Nosotros incluimos en nuestro programa la posibilidad de elegir centro y médico...

-Dentro de lo público-, cortó Facundo.

"El PP ha incentivado la sanidad privada. Y ése es un sistema de estratificación social. Nosotros creemos", dijo Fernández Marugán, "que la sanidad es un derecho. El peso de la sanidad privada no es muy alto en España: de cada 100 pesetas, 93 eran públicas en 1995; ahora, de cada 100, 89 son públicas. Vamos a meter dinero en una medicina pública de calidad. La sanidad pública tiene prestigio en la prestación sanitaria, en los tratamientos de enfermedades graves, y tiene fallos en los complementos, en la atención; queremos corregir esos fallos". "La medicina privada", añadió, "se concentra en lo que da dinero: almorranas, varices, y cosas así. En problemas de oncología o cardiología, te remiten a la Seguridad Social".

Planes educativos

Purificación Ovidio quiso saber sobre los planes educativos. "La ESO no funciona, hay mucho fracaso escolar y demasiadas materias. ¿Qué vais a hacer?".

-Se pueden replantear los contenidos. Hay que hacer un esfuerzo en educación complementaria. Hay que poner más empeño en los idiomas, en la informática, y si no se puede acusar al PP de no haber gastado dinero en sanidad, sí ha dejado caer el gasto educativo.

-Los chicos que no quieren estudiar, se dedican a entorpecer a los compañeros.

-Eso es un problema de disciplina. El profesor tiene que hacerse con el control del aula.

En ese momento, el director de campaña de Fernández Marugán, Ramón Ropero, indica la necesidad de mejorar la formación profesional.

Rosa Cansado, universitaria, se refirio al empleo: "¿Qué harán para que los jóvenes encuentren un empleo que no sea precario?".

"Hablábamos de una de las soluciones: una buena formación profesional, que pueda conducir a la universidad. Hacen falta políticas activas para mujeres y jóvenes, que son quienes topan con más dificultades. Queremos una educación orientada al mercado laboral. ¿Qué hay que hacer? Echar dinero, así, en bruto. La educación es prioritaria".

Silvestre Gómez Zafra lanzó una batería de cuestiones. El candidato socialista las respondió igual, tiro a tiro.

"¿Las 35 horas? En esa dirección hay que ir. Se trata de incentivar, no de obligar. Francia lo está haciendo, y es un país muy competitivo".

"¿La mili? Yo soy un clásico y la recluta universal me parece más democrática. Hoy vamos a un ejército profesional que conlleva algunos riesgos. Pero, en fin, la sociedad lo quiere".

"¿La OTAN? Fue un referente polar junto al Pacto de Varsovia, que ya no existe. A mí me parece muy bien que el Ejército español participe en misiones de paz, desde El Salvador a al ex Yugoeslavia, siempre que el Consejo de Seguridad de la ONU dé su visto bueno.

Y acabó: "¿Les ha servido?

Faltó concreción y sobró tecnicismo

Francisco Fernández Marugán no acabó de convencer al grupo de Almendralejo. Se criticó el tono, demasiado técnico, y se echó en falta "capacidad de comunicación".Silvestre Gómez Zafra opinó que la charla había ido de menos a más: "Ha hablado mucho del PP y poco del programa del PSOE, aunque al final ha mejorado".

Faustino Rubio consideró que el candidato no había respondido de forma concreta a preguntas concretas, y Rosa Cansado se mostró de acuerdo con él. "Se ha escabullido en algunas cuestiones", agregó Facundo Gil.

Hubo algo que todo el grupo enjuició de forma muy negativa: la intervención del jefe de campaña. "Ha parecido como si el candidato no se supiera bien el programa, y hubiera que echarle una mano en los detalles", dijo Antonio Gil. "A mí no me ha dejado terminar una pregunta: como nos conocía por el periódico, ha supuesto por dónde iba", añadió el economista.

A Purificación Ovidio, el candidato del PSOE le pareció "poco convincente". A la otra ama de casa, Cándida Martínez, sí le pareció convincente, y mucho. "Me ha gustado", resumió.

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