"Soy ciudadano del mundo, pero Madrid es mi caldo de cultivo"
La energía entendida como una forma de divinidad, y la astrología, son los motores que hacen andar a Guillermo C. Hernández, un madrileño de 33 años de edad que ha irrumpido ahora en el mundo de la canción con el nombre a secas de Guillermo. La culpa la ha tenido ese estribillo quedón que enerva a muchos y entusiasma a otros -"se esperaba ta, ta, ta, tanto de mí"- de la canción Estoy harto que estos días suena sin parar en las emisoras de medio país. Antes de que su voz -a la que se compara, en hombre y en castellano, a la de la estadounidense Tracy Chapman- se hiciera famosa por las ondas, Guillermo se ha recorrido casi todos los bares del circuito madrileño de cantautores -término que no le gusta- hasta llegar el día en que los astros se conjugaron adecuadamente, según él, para conseguir un contrato con una compañía de discos. Fruto de eso es Desde siempre, su debú discográfico, que hoy, 26, defiende en directo en el Chesterfield Café (22.00, Serrano Jover, 5).Pregunta. ¿Treinta y tres años no es un poco tarde para dedicarse a la canción?
Respuesta. Depende de las pretensiones. Yo siempre he cantado, desde pequeño, pero estudié Bellas Artes porque también me gustaba pintar. Lo que me gusta es transmitir mis emociones, y hacer feliz a la gente, así que creo que con las canciones llego a más gente que con la pintura.
P. ¿Transmite felicidad?
R. No voy de salvador de almas, como tampoco voy de cantautor protesta. Tengo las mismas miserias que cualquier otro ser humano, pero creo que estamos aquí para ser felices, y que se puede hacer algo por ello.
P. ¿Le gusta la comparación con Tracy Chapman?
R. Me parece fantástico. Canto así desde antes de conocer sus canciones, pero es una de las artistas que más me gustan y a las que más respeto. Su música y sus letras me emocionan, así que, encantado.
P. ¿No está ya muy vista, y superada, esa espiritualidad oriental que usted defiende?
R. Al contrario, creo que va a más. La comunidad científica cada vez encuentra menos respuestas a grandes cuestiones, por eso creo que se va a tender a reconocer en lo que no se puede explicar, la existencia de un Dios, de una energía que no es más que amor. Y que está en todos nosotros, que formamos parte de ese Dios. Pero no como una moda, sino aceptado ya como algo natural.
P. ¿Permite Madrid captar esa energía que usted dice?
R. Todo depende de cada uno. No me considero muy madrileño, pero estoy muy contento de serlo. Me gusta sentirme ciudadano del mundo, aunque Madrid sea mi caldo de cultivo. No hay que olvidar que somos fruto de varias reencarnaciones.
P. Como experto en astrología, sabrá de antemano si va a triunfar en el mundo de la canción...
R. Voy a triunfar. Los astros lo dicen.
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