Un diputado menos en el bastión socialista
Los socialistas andaluces parten con ventaja en la carrera de las elecciones autonómicas en la provincia de Sevilla, donde en los comicios pasados lograron 10 de los 19 escaños en juego, frente a seis del PP, dos de IU y uno del PA. Los resultados del PSOE en las andaluzas de 1996 fueron abrumadores: ganó en 97 de las 104 poblaciones sevillanas y obtuvo el 47,3% de los votos, el mayor porcentaje logrado por este partido en toda España. Fue también Sevilla la única capital andaluza que confío en los socialistas, recuperando la hegemonía que perdió en el año 1994.Para el PSOE mantener esos 10 escaños va a requerir un gran esfuerzo, ya que Sevilla elige a un diputado menos en favor de Málaga por el incremento de la población. Repetir ese resultado es considerado por dirigentes socialistas como un triunfo, si bien advierten de la necesidad de movilizar a su electorado para asegurar el décimo escaño, que logró en 1996 por 1.209 votos de diferencia.
La presencia por primera vez en la lista al Congreso del ex presidente del Gobierno Felipe González plantea la interrogante de si supondrá un plus respecto a los resultados obtenidos por Alfonso Guerra, quien no participará en la campaña por estar convaleciente de una operación en un pie, al igual que la secretaria provincial y cabeza de lista a las autonómicas, Carmen Hermosín, quien se recupera de un accidente de tráfico. El objetivo del PSOE es lograr un diputado más que en 1996, donde los 13 escaños por esta provincia se repartieron de la siguiente forma: siete, PSOE; cuatro, PP; y dos, IU.
La presencia de Javier Arenas, cuya campaña en Sevilla ha tapado a la de su propia candidata a la Junta, es una de las apuestas del PP para acortar distancias con el PSOE. Los populares aspiran a un quinto escaño en el Congreso, por lo que toda su actividad se ha centrado en las zonas rurales, donde el PSOE es más fuerte, mientras que en Sevilla capital el PP quiere rentabilizar la presencia en su lista de la ex alcaldesa Soledad Becerril.
IU aspira a mantener sus resultados en las autonómicas y generales, mientras que los andalucistas confían en un escaño más al Parlamento andaluz.
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