Un gran ídolo en declive El error del brasileño en el gol del Mallorca abre el debate sobre su estado
La rodilla izquierda no sólo le duele a Mazinho, le duele a todo el celtismo, que comprobó el domingo en Mallorca el declive físico del gran ídolo. En el minuto 87 del partido de Son Moix, el entrenador Víctor Fernández concedió una breve participación al brasileño, según sus palabras para congelar el empate y perder algo de tiempo. El saldo fue demoledor: con la segunda pelota que cayó en sus pies intentó un giro para el que ya no está capacitado y Eto'o se la arrebató. La jugada acabó en gol y el viejo debate sobre el estado físico del campeón del mundo se resolvió en su contra.Padece toda la afición del Celta los problemas de Mazinho con su rodilla debido al empeño con el que el jugador ha perseguido su rehabilitación en contra del criterio del cuerpo médico del club, que le recomendó abandonar el fútbol. Hasta tal punto reivindica el futbolista un lugar en el equipo que buena parte de los aficionados, despojados de argumentos de juicio por su escasa participación esta temporada, se pusieron del lado de quien se ha convertido en un icono de la mejor época del club en sus 76 años de historia. Su fatal error ilustró el deterioro de una estrella.
Lo ocurrido el domingo es el desenlace de un conflicto que se inició con el diagnóstico médico de un edema óseo en el tramo final de la pasada temporada. Le advirtieron de que no podría volver a jugar, pero Biblia en mano, el futbolista, campeón del mundo en Estados Unidos, puso todo su empeño, que no es poco, en obrar el milagro, y se sometió a un tratamiento sobrecogedor para demostrar que la ciencia se equivoca con tipos como él. Y consiguió el alta.
Al filo de los 34 años, el centrocampista fichado al Valencia a precio de bananas, según sus palabras, estaba preparado para afrontar una de esas carreras que son ejemplo de longevidad futbolística. Y probablemente lo hubiera logrado si el edema no hubiera afectado al cartílago del menisco, lo que le obliga a arrastrar notoriamente la pierna izquierda cuando trota por el campo. "Siempre tuve una forma peculiar de correr", se justificó el jugador, y muchos de sus seguidores prefirieron creerle.
Aunque después de los sucesos de Palma, son muchos los que preferirían que la deteriorada rodilla no difumine el grato poso que Mazinho ha dejado en el corazón del celtismo.
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