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El ex obispo de San Sebastián se despide con una leve autocrítica

El obispo de San Sebastián, José María Setién, se despidió ayer de sus feligreses con una misa en una abarrotada catedral del Buen Pastor, cuya celebración coincidió con la manifestación contra ETA, que pasó por delante del templo. Asistieron a la misa el lehendakari, Juan José Ibarretxe, el presidentedel Parlamento vasco, Juan María Atutxa y la diputada de EA Begoña Lasagabaster, entre otros representantes del Ejecutivo y los partidos nacionalistas. Ni el Gobierno vasco, ni el PNV ni EA se sumaron ayer a la concentración contra el terrorismo.El obispo cesante, quien ha recibido críticas por su actitud distante hacia las víctimas de la violencia, aludió a este aspecto en la emocionada homilía con la que puso punto final a una relación de 27 años al servicio de los guipuzcoanos.

"Quiero deciros que a todos os he querido y sigo queriéndos de verdad, aunque no haya sido capaz de mostraros a todos el afecto sincero que hacia todos he tenido. O que, al menos, no he sabido hacerlo en el modo en el que lo hubieráis deseado o incluso en el que hubieráis tenido derecho a esperar", dijo en un cierto ejercicio de autocrítica. El prelado también reconoció sentirse querido por sus fieles y agradeció las muestras de afecto y agradecimiento recibidas desde que se hizo pública su retirada.

Setién agradeció de una manera especial la tarea de quienes "de una manera u otra han trabajado al servicio de la paz y de los derechos humanos, los de todos, en los que esa paz ha de fundamentarse".

Sobre su retirada aceptada por el Vaticano, Setién explicó que se producía tras una "madura y prolongada decisión". "La misma voluntad de obediencia a Dios y de caridad pastoral hacia todos vosotros que me había pedido aceptar el ministerio episcopal me pide ahora pasarlo a otras manos", añadió. Esas manos son las del obispo Juan María Uriarte, quien se hará cargo de la diócesis el próximo sábado.

Despedida de Uriarte

También Uriarte se despidió ayer como pastor de la diócesis de Zamora, donde dijo haber pasado los "ocho años más gozosos y plenos" de su vida. El nuevo obispo de San Sebastián señaló que acude a su nuevo destino con espíritu dialogante porque "cuando una sociedad está más enfrentada y más dividida más necesita aglutinadores". Uriarte declaró a la agencia Efe que la tarea más importante que tendrá en su nuevo destino será la de ser el "tejido conjuntivo" de la sociedad vasca para, al igual que en el organismo humano, "conectar los órganos y hacer que, en vez de chocar, se comuniquen".

Pese a no conocer detalles sobre el atentado que sufrió esta madrugada un concejal vasco del PNV, Uriarte dijo que lo condenaba con toda su alma y agregó que es necesario repudiar siempre "ese tipo de actividades violentas que recortan la libertad".

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