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El Zaragoza resbala

El conjunto aragonés se topó con un Rayo muy sólido

El Zaragoza pierde brillo, pero sigue firmemente enganchado a la cabeza, en una Liga irregular, apretada y con el atractivo añadido de lo imprevisible, sobre todo si en el arreón final del campeonato siguen tan dubitativos los favoritos teóricos de siempre. De momento valga como carta de presentación que el Zaragoza es el equipo que menos partidos ha perdido en Primera (y eso que ha caído en cuatro ocasiones, todas lejos de La Romareda). Ayer, sin embargo, el Rayo introdujo algunas vacilaciones en la confianza y seguridad del equipo blanquiazul.A la Romareda no llegó un Rayo en versión reservona, en parte porque no le quedó más remedio tras el gol de Yordi. Al equipo vallecano le faltaba buena parte de su infantería creadora (Cembranos, Llorens) y definidora (Bolo). A pesar de todo se plantó muy bien en el centro del campo, con velocidad en las transiciones y envidiable preparación física; se subió a las barbas, pero para desquiciar al Zaragoza le faltó el ingrediente básico del fútbol. Fabricó goles, pero los iba fallando todos.

ZARAGOZA 1RAYO VALLECANO 1

Zaragoza: Juanmi; Pablo (Lanna,m.21), Aguado, Paco, Sundgren; Acuña, Aragón (Martín Vellisca,m.50),Juanele, Garitano (Jose Ignacio, m.90); Yordi y Milosevic.Rayo Vallecano: Keller; Cota, Clotet, Hernández (Amaya, m.50), Alcázar; Helder, P.Sanz; Ferrón (Michel II, m. 58), Michel I, Van der Berg (Poschner, m.65); y Canabal. Goles: 1-0. M. 14. Yordi, de cabeza, adelantándose a la salida de Keller. 1-1. M. 82. Michel II, de tiro raso y cruzado. Árbitro: Iturralde. Expulsó a Yordi (m.88). Amonestó a Aguado, Aragón, Juanele, Sundgren, Van der Berg, Clotet y al técnico del Zaragoza, Txetxu Rojo. 23.000 espectadores en La Romareda.

El entrejuego del Zaragoza fue menos vistoso de lo habitual, sin apenas explotar las entradas por las bandas, en las que, hasta que entró Vellisca, Juanele y Garitano estuvieron bien sujetos por la presión constante de los rayistas. Por otra parte, los delanteros han perdido precisión: a Milosevic, antaño dueño de las leyes del área, se le entrecorta la respiración y parece faltarle suero rematador. Yordi, especialista en rebañar balones en el área, puso los segundos justos de inspiración necesarios para seguir navegando por las puestos elitistas de Liga de Campeones, pero sólo le salió una vez.

El contencioso entre el árbitro Iturralde González y Txetxu Rojo, dos paisanos del mismo Bilbao cuyos dímes y diretes vienen de tiempo atrás, amenizó las vísperas, y escribió su penúltimo capítulo a lo largo del partido. Al principio la cosa no pasó de algunas miraditas retadoras, pero luego pasó a mayores y se saldó con la consabida tarjeta amarilla a Rojo, esta vez a distancia. Hubo decisiones arbitrales controvertidas, pero el Rayo se ganó el empate a pulso.

En definitiva, vimos ayer a dos equipos con una clasificación muy por encima de sus presupuestos que, al igual que otros como Alavés, Numancia..., están contribuyendo a democratizar la Liga.

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