La versión oval de Roberto Baggio Diego Domínguez, apertura de Italia, convirtió 29 puntos frente a Escocia y burló a los pronosticadores
Hace diez años, Diego Domínguez era un prometedor medio apertura del entonces muy amateur rugby argentino. Jugaba en el equipo de El Tala, de la provincia de Córdoba, y compaginaba alegremente su pasión de toda la vida, el rugby, con los estudios universitarios. Su única espina por entonces: lo difícil que lo tenía para formar parte de la selección argentina. Ya había viajado con el equipo en un par de giras -la primera por Francia, cuando sólo tenía 20 años-, pero no había llegado a debutar, y la figura omnipresente de Hugo Porta -considerado por muchos como el mejor pateador de todos los tiempos-, le hacía tener pocas esperanzas.Y entonces decidió, hace diez años, aceptar la oferta que le hizo el Mediolanum Milano, el equipo de rugby de Silvio Berlusconi. Hizo la maleta y desembarcó en el inferior pero más profesional rugby italiano, donde rápidamente descolló. Bajito (apenas pasa el metro setenta), de larga melena y patada precisa como un metrónomo, Domínguez se ganó enseguida el reconocimiento de la prensa y los aficionados italianos. Llevó al Milan al título de Liga, y la Federación italiana le ofreció en 1991, con 25 años, que jugara para su selección. Domínguez llamó a Buenos Aires para consultarlo con las duras autoridades del rugby argentino, que en su fanatismo por mantener el amateurismo, prohibían por entonces a los jugadores emigrados jugar con Los Pumas. "No", fue su respuesta, y Domínguez debutó con la azzurra poco después, el 2 de marzo de 1991.
Desde entonces ha jugado 57 partidos internacionales en los que ha marcado 787 puntos.
Después del partido del sábado pasado, en el que una increíble Italia debutó en el Seis Naciones venciendo al último campeón, Escocia, por 34-20, y en el que Domínguez marcó nada menos que 29 puntos, el medio apertura argentino, aquel que estuvo tantos años a la sombra de Porta, por fin puede reivindicarse. La prensa italiana ha sido unánime en sus felicitaciones al hoy jugador del Stade Français de París -uno de los conjuntos más fuertes del continente-, y destaca el increíble récord conseguido por Domínguez en su primer partido en el torneo más tradicional del mundo: sus 29 puntos del sábado son la cantidad más alta conseguida por un jugador en un solo partido desde 1883, cuando comenzó a jugarse el Cinco (ahora Seis) Naciones.
En un equipo con enormes problemas de concentración, y que venía de penar en el Mundial del año pasado -Nueva Zelanda le marcó más de 100 puntos, e Inglaterra 67-, la llegada del entrenador neozelandés Brad Jonhstone permitió crear una base, un punto de partida para que la patada voladora de Domínguez sirviera para algo más que para alejar el peligro. Ahora el balón oval navega hacia los tres puntos; ahora marca: ahora Domínguez es el Roberto Baggio del rugby italiano.
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