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BALONCESTO Copa del Rey

Gasol castiga la soberbia del Madrid

Robert Álvarez

El Barça ganó un clásico en el que se le daba ya por desahuciado y cuando el Madrid empezaba a dejar transcurrir el tiempo seguro de aprovechar la ganga. Pero la noche era extraña. Nada hacía presagiar lo que iba a suceder, que un Barça menor, tentado de entregar la cuchara pese a la obstinación que le caracteriza, acabara llevándose el partido. Y menos todavía podía nadie imaginar que Pau Gasol, un chaval de 19 años que se ha pasado media temporada llevando las bolsas y el agua como suelen hacer los juniors recién llegados a los equipos grandes, fuera quien tomara la bandera para llevarla a la zona madridista y para intimidar en la propia. Pero así fue.Todo pasó en un abrir y cerrar de ojos. Cuando Aíto ya no parecía encontrar más recursos, cuando los cambios que efectuaba venían dados por las faltas que acumulaban Nacho Rodríguez o Alston o por el golpe que sufrió en la nariz Gurovic. Pero el Madrid, que por entonces ya miraba por encima del hombro y que estiraba su ventaja hasta los 16 puntos (37-53), empezó a temblar, a caer ingenuamente una y otra vez en errores elementales. No tenía manera de subir el balón hasta la media cancha, cuando lo hacía perdía el hilo en la circulación y cuando, en contadas ocasiones, llegaba a tirar lo hacía sin que viniera a cuento, sin posición de tiro. Los problemas empezaron a ser tan visibles que el público lo notó. Y eso es lo que podía pasarle porque delataba la evidencia: había perdido el rumbo, había visto el partido ganado antes de tiempo. Un pecado imperdonable, mortal de necesidad, porque lo dejó en estado comatoso, sin poder de reacción, absolutamente resignado ante el naufragio.

COPA DEL REY: BARCELONA 73-REAL MADRID 68

Barcelona: Goldwire (5), De la Fuente (13), Gasol (15), Alston (13), Elson (5); Gurovic (4), Rentzias (12), Navarro (4), Nacho Rodríguez (6), Dueñas (0) y Digbeu (0). 24 canastas de 45 lanzamientos. 3 de 17 triples. 16 de 27 tiros libres. 36 rebotes y 24 faltas personales.Real Madrid: Djordjevic (11), Alberto Angulo (2), Herreros (14), Struelens (12), Scott (5); Lucio Angulo (3), Mijailov (4), Iturbe (7) y Galilea (10). 15 canastas de 31 lanzamientos. 6 de13 triples. 20 de 25 tiros libres. 23 rebotes y 21 faltas personales. Árbitros: Betancor, Llamazares y García Ortíz. Arena Araba de Vitoria. 9.142 personas.

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El Barça había llegado a estar en una situación similar, sin ritmo y casi sin esperanza. No había sabido por dónde agarrar el partido. Intentó edificar desde la defensa. Pero la hambruna ofensiva no tardó en dejar visto para sentencia su atípico quinteto inicial con Goldwire, De la Fuente, Gasol, un Alston al que le costó dios y ayuda entrar en el partido, y Elson, a años luz de Dueñas que apenas pudo participar a causa de su maltrecha pantorrilla derecha. Siete minutos se pasó para encestar dos veces, mientras que su presión sobre Djordjevic y Alberto Angulo no hizo sino dejar pasillos francos para que Struelens abusara bajo canasta.

El Madrid abrió brecha. Funcionó como un reloj, entre otras cosas porque la aportación de su banquillo, Galilea, Iturbe, Lucio Angulo y Mijailov, fue fantástica. No hubo demasiadas alternativas. El Barça se acercó dos veces a un punto pero el Madrid no tardaba nada en recobrar de nueve, diez, doce... hasta 16 puntos. Pero de repente Djordjevic empezó a perder el control del ritmo, el Barça anotó dos o tres canastas sin tener que recular a su campo para defender, en otra ocasión el Madrid agotó los 30 segundos de posesión... Al Barça le salía todo. Hasta Digbeu, que de un tiempo a esta parte no cuenta para casi nada, robó un balón cuando relevó por unos segundos a Gurovic que había sufrido un golpe en la nariz. Y Aíto, ante los problemas de sus pívots, situó a Gasol en esa posición. El jóven campeón del mundo junior acabó con 15 puntos, seis rebotes, una asistencia, una recuperación , un mate y siete faltas recibidas, machacaba el aro madridista una y otra vez, recogía rebotes y, a pesar de que falló cuatro tiros libres en instantes decisivos, acabó poniéndole un tapón a Djordjevic para rubricar la noche, su noche.

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Sobre la firma

Robert Álvarez
Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona, se incorporó a EL PAÍS en 1988. Anteriormente trabajó en La Hoja del Lunes, El Noticiero Universal y el diari Avui.

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