Curro González juega con la idea de mudanza en los lienzos que reúne en Sevilla

El enorme lienzo Trayéndolo todo a casa, un acrílico de 267x175 centímetros, da nombre a la exposición que inauguró el pasado martes Curro González (Sevilla, 1960) en la galería Rafael Ortiz de Sevilla. La obra presenta un carro atiborrado con los objetos que aparecen habitualmente en sus pinturas y el artista se ha autorretratado tirando de la pesada carga."Es como una vánita en la que el artista carga con sus historias. Me gusta jugar con la idea del caracol y del artista que siempre se mueve cargando con sus historias", comenta Curro González que no exponía en Sevilla desde que realizó en 1995 una gran muestra en las salas del Arenal. La exposición, que estará abierta hasta el 4 de marzo, reúne siete lienzos de gran formato cargados de ironía y reflexión, como toda la obra de Curro González. El pintor quiere dar la idea de una mudanza aunque, en realidad, nunca se ha marchado.

"Es como la vuelta del hijo pródigo con lo que quiero decir que hay cosas de aquí que no me gustan", añade. La lámpara de Diógenes, La habitación o Metáfora sevillana: el lecho de Procrustes, una obra que simula una colcha de retales para hablar del ser mitológico que cortaba a sus invitados según el tamaño de la cama, forman parte de la muestra.