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El Supremo de EEUU avala los límites de las donaciones políticas de particulares

Poner límites a las contribuciones económicas individuales a las campañas políticas es constitucional, sirve para prevenir la corrupción y no viola el derecho a la libertad de expresión, según ha sentenciado esta semana el Tribunal Supremo de Estados Unidos. La decisión, adoptada por seis votos frente a tres, no altera en nada el actual sistema de financiación de las campañas electorales norteamericanas. Pero sí sacraliza los límites a las aportaciones de particulares establecidos en los años setenta, en la ola de regeneración que provocó el escándalo Watergate.El Supremo tuvo que pronunciarse sobre este asunto a raíz de la polémica originada en el Estado de Misuri por la adopción, en 1994, de una ley que limita las aportaciones individuales a una candidatura política a 1.075 dólares (178.000 pesetas). Los detractores de esa ley, en línea con las adoptadas desde los setenta, denunciaron que poner un techo al talonario es lo mismo que ponerle barreras a la libertad de expresión. El juez David Souter, resumiendo el criterio de la mayoría del Supremo, señaló que la libertad de expresión no se ve atacada por el establecimiento de límites a las aportaciones económicas a las campañas políticas.

Aunque ahora las aportaciones individuales a los candidatos están muy controladas, el sistema político norteamericano ha encontrado otro mecanismo para llenar de dólares las arcas electorales. Se trata de lo que se denomina soft money. Son contribuciones ilimitadas que pueden hacer los individuos, empresas, sindicatos y grupos de presión a las arcas de los partidos para que éstos las utilicen para sus "gastos generales". Éste es el procedimiento que usaron masivamente Bill Clinton y Al Gore en la campaña para su reelección de 1996. Individuos y empresas no aportaban directamente fondos a los comités electorales del presidente y el vicepresidente, sino al Partido Demócrata. El partido luego utilizaba esos fondos para difundir masivamente anuncios en la televisión que denunciaban los programas de los rivales de Clinton y Gore.

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