Juan Carlos y el mal de ojo
En esta Liga donde la lógica se rompe día sí, día también, los aficionados optan por encomendarse a lo sobrenatural para que su equipo gane. Como consecuencia, los estadios se llenan de ajos para ahuyentar el mal de ojo o los espíritus negativos. Se desconoce quién lanzó los dientes de este mágico bulbo al césped del Sánchez Pizjuán el pasado domingo pero, al parecer, tuvo consecuencias distintas a las deseadas. En el minuto 81, el sevillista Juan Carlos se encontró solo con el balón ante la portería del Celta tras un pase magistral de Tsartas, que antes había mandado espectacularmente un disparo al larguero. Con tranquilidad, Juan Carlos regateó al portero celtiña Pinto y cuando sólo tenía que empujar el balón a la portería, incomprensiblemente, el delantero lo mandó con una parábola por encima del larguero ante la mirada atónita de los allí presentes. Dos minutos más tarde el Celta marcaría el gol que le daría el triunfo. En las gradas un rumor se prodigó: "Este equipo está gafado". Juan Carlos, posteriormente, explicó así la jugada: "El balón botó mal, quizá diera en uno de los ajos". Sea por la acción de una meiga o por el mal estado del terreno, el delantero resumía su sensación al final del partido: "Se nos ha quedado cara de tontos".
