De la élite mundial al purgatorio de los modestos
Cagna era el capitán de un Boca Juniors acostumbrado a reinar en Argentina; Jarni jamás perdió su puesto en la selección croata, tercera del último Mundial, y puede presumir de haber sido campeón de la Copa Intercontinental con el Madrid; Mariano Juan, futbolista del Ajax, fue hace cuatro años campeón del mundo juvenil y compartió fútbol y vestuario con Litmanen, Kluivert y los hermanos De Boer.Nada unía a Cagna, Jarni y Mariano Juan, hasta que, pese a su fama y su caché, han ido cayendo por un simbólico tobogán hasta econtrar acomodo en la Segunda División española, que por lo visto está dispuesta a reclutar campeones al precio que sea. Cagna ha recalado en el Villarreal; Jarni, en el Las Palmas; y Mariano Juan, en el Getafe.
Era complicado que en aquel Ajax de Van Gaal, en el que estaban la mayoría de los holandeses que hoy están en el Barça, Mariano Juan pudiera encontrar un hueco. Pero lo encontró gracias a Van Gaal, máximo valedor de su fichaje, que le hizo disputar 21 partidos oficiales. Mariano Juan había sido campeón del mundo sub 20 en Qatar, en aquel campeonato disputado en el 95, en el que actuaron Raúl, Joseba Etxeberría y De la Peña. Argentina se hizo con el título y un año después Van Gaal dio el visto bueno a la llegada de quien fue una de las estrellas de aquel Mundial.
Mariano Juan, de 23 años, no olvida lo que supuso en su carrera el apoyo de Van Gaal, "un técnico que confió en mí desde el primer momento", cuenta el futbolista. Pero la oferta del Barcelona sedujo a Van Gaal, y en el mismo instante en que éste abandonó el Ajax cayeron derribados los sueños de Mariano Juan: "Fue irse él del Ajax y cerrárseme las puertas. Dejé de jugar y sólo me restó esperar durante dos años a que llegaran ofertas. Hace poco hubo una, de Inglaterra, superior a la que recibí del Getafe. Pero por mi forma de ser elegí España, donde seguro que estaré más cómodo".
Mariano Juan pertenece a una generación de futbolistas argentinos que ha apuntado alto. En su club, el River Plate, fue compañero de Solari, el jugador del Atlético, quien le animó para que se embarcara con destino a España. Su cesión al Getafe es la segunda que vive en los últimos años, pues en su momento ya estuvo seis meses en el Racing de Avellaneda. Pero los gravísimos problemas económicos del equipo argentino provocaron que regresara al Ajax, donde continuó sin jugar, a la espera de que algún club se acordara de él. Lo hizo el Getafe.
Cagna, de 29 años, no es precisamente un desconocido. Sobre todo en Argentina, donde ha transcurrido por completo su carrera, según informa Javier P. Ortí. Allí actuó en Argentinos Juniors, Independiente y, las tres últimas temporadas, en el Boca, donde no era la máxima estrella, papel reservado a Martín Palermo, pero sí el jefe, el capitán. Internacional con la albiceleste, Cagna es un centrocampista generoso en el esfuerzo y capaz de imponer su carácter, que ayudó a Boca a conseguir dos títulos de Liga en las temporadas 96 y 97.
Poderosas razones ha tenido el jugador para recalar en la Segunda división española. Cagna cambió Buenos Aires por Villarreal y abrazó una causa mucho más modesta. Sin duda alguna, los más de 100 millones de pesetas netos que recibirá por las cuatro temporadas que vestirá de amarillo, y que le convierten en uno de los jugadores mejor pagados de Segunda, le han empujado a dejar momentáneamente la gloria y disfrutar sus últimos años como futbolista en un equipo que, hasta hace unas semanas, le resultaba desconocido.
Robert Jarni desciende a sus 31 años a Segunda División gracias a una llamada de su compatriota Sergio Kresic y a un ruego de su hija Gracia, de ocho años. El entrenador croata hizo caso de una sugerencia de su mujer y superó el rubor de proponerle al ex jugador de la Juve, el Betis y el Real Madrid, que jugara en la Unión Deportiva Las Palmas hasta el próximo 30 de junio. Gracia, por su parte, protestó abiertamente cuando sus padres casi habían decidido trasladarse a Inglaterra para que Jarni jugara en el Everton. La pequeña no quería aprender otro idioma, sino volver a España.
El matrimonio Jarni y el matrimonio Kresic se conocen desde hace años, pero Jarni no recala en Gran Canaria por simple amistad o el pataleo de una niña. Desde que Toshack lo descartara a finales de la temporada pasada de su grupo de futbolistas predilectos, el croata no se desligó definitivamente del Real Madrid hasta hace una semana. Mientras, Jarni ha estado entrenándose con el Hadjuk Split croata y asegura estar en perfectas condiciones físicas. Una empresa suiza se hizo con los derechos de traspaso del jugador y deberá pagar 150 millones de pesetas al club blanco en marzo. La Unión Deportiva, sin embargo, anunció que Jarni (que hoy pasará revisión médica) llega a la isla con un contrato abierto que permitirá a ambas partes decidir el destino del jugador la próxima temporada con total libertad.
Poco más se sabe. Cobrará del Las Palmas unos 80 millones de pesetas libres de impuestos hasta final de campaña en el conjunto amarillo. La decisión final de jugar en este equipo, que aspira al ascenso a Primera por cuarto año consecutivo, habrá que vincularla a la presencia de un entrenador a quien Jarni cataloga como un maestro, a la bondad del clima de estas latitudes, al reto del proyecto deportivo y a las referencias que el entrenador le ha dado sobre el club que lo rehabilitará para la alta competición, tras un descanso de seis meses apenas interrumpido por alguna actuación con el que ha sido su único equipo en los últimos tiempos: la selección croata.
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