Arantxa y Conchita se aseguran los octavos
Tras un año de letargo, las cosas volvieron a su punto de partida. Arantxa Sánchez y Conchita Martínez se han clasificado para los octavos de final del Open de Australia y, a la espera de lo que ocurra con Juan Carlos Ferrero y Pato Clavet, ellas aseguran la presencia española en la segunda semana del torneo. Es una situación ya conocida, que se ha venido repitiendo a lo largo de la última década y que puede proseguir aún durante algún tiempo. Arantxa superó a la australiana Bryanne Stewart, que entró en el torneo gracias a una invitación, por 7-5, 6-1. Conchita eliminó a la croata Jelena Kostanic por 6-4, 6-4. Ferrero y Clavet no pudieron concluir sus partidos ante El Aynaoui (6-7, 6-4, 6-4, 6-7, 2-2) y Ferreira (3-6, 4-6, 6-3 para el surafricano) por culpa de la lluvia.Arantxa y Conchita parecen haber encontrado una motivación de la que, por distintos motivos, carecieron la pasada temporada. La triple campeona de Roland Garros, de 28 años, atravesó una de las temporadas más duras de su carrera en 1999, perjudicada por una lesión en la muñeca izquierda que la obligó a reducir su calendario. La campeona de Wimbledon, cumplidos los 27 años, también sufrió lesiones y pasó por un calvario psicológico al final del año hasta que supo que su padre había resuelto sus problemas con el cáncer.
El año comenzó bien para las dos en el torneo de Gold Coast, donde la aragonesa disputó la final y la barcelonesa llegó a las semifinales. Arantxa demostró su buen momento también en Sydney, donde eliminó a Julie Halard, una top ten, en primera ronda. Ayer volvieron a reivindicar sus pretensiones de entrar de nuevo entre las 10 primeras del mundo al ganar a sus rivales en unas difíciles condiciones, con frío, lluvia y viento. Es cierto que la experiencia ayuda en estos momentos, pero cuando se llevan más de 14 años en el circuito también se corre el peligro de acomodarse y hallar justificaciones en las circunstancias adversas para explicar derrotas.
Conchita encontró en Jelena Kostanic, 98ª mundial y campeona júnior en este torneo en 1998, a una rival agresiva pero poco consistente en sus peloteos de fondo. La aragonesa se aplicó en la táctica de levantar bolas al fondo de la pista, que convirtió el partido en un suplicio para los espectadores y que estuvo a punto de costarle un disgusto. Cuando se posee una derecha como la de Conchita, lo mejor es utilizarla y ganar los puntos con ella. No hacerlo puede acarrear problemas, y Conchita tuvo que afrontarlos cuando perdió su saque una vez en cada manga y permitió que su rival la igualara a tres juegos. Lo que parecía un partido sencillo, con un break arriba, se convirtió en un suplicio que sólo la inexperiencia y los nervios de Kostanic ayudaron a resolver: la croata entregó su último servicio con una doble falta.
Arantxa lo pasó mal en el primer set, cuando el público que llenaba la pista 1 de Flinders Park estaba entregado a su jugadora, Bryanne Stewart, 275ª mundial. La española comenzó con un 3-0 en contra, pero fue remontando hasta hacerse con el control del partido. "Es capaz de jugar mucho mejor de lo que está demostrando en este torneo", comentó su hermano y entrenador Emilio. "La cuestión es que ella se crea que es capaz de dirigir el punto, porque ahora tiene juego para hacerlo".
En octavos de final, Arantxa precisará de su mejor juego ante la austriaca Barbara Schett (6ª). Schett la eliminó el año pasado en este mismo torneo y la venció las tres veces que se enfrentaron (la única victoria de la española se produjo en 1997). "Sin embargo", afirma Arantxa, "entonces yo no estaba en mi mejor momento y ahora lo estoy. Tengo ganas de jugar contra ella, estoy fresca y hambrienta de victorias. Y quiero volver a las top ten". Conchita jugará ante la norteamericana Kristina Brandi, 54ª mundial, que ha ganado sólo un torneo y hasta ahora no había superado una tercera ronda en el Grand Slam.
En el resto de partidos, Martina Hingis, Serena Williams, Nicolas Kiefer, Yevgueni Kafelnikov y Lleyton Hewitt alcanzaron los octavos de final. La pasada madrugada debían disputarse ya dos de los grandes duelos previstos: Mark Philipusis-Andre Agassi y Lindsay Davenport-Ana Kurnikova.
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