Bancaixa cerró 1999 con un aumento del 22% de los beneficios y un 20% de la red en el exterior
El grupo Bancaixa registró el año pasado un crecimiento de su beneficio neto consolidado del 22%, casi el doble del logrado por el conjunto de cajas españolas. El grupo valenciano ingresará 28.025 millones de pesetas después del pago de impuestos. Bancaixa concluyó el ejercicio con 209 de sus 1.000 oficinas fuera del territorio valenciano, lo que representa un 20% de su red. El último año se abrieron 86 nuevas sucursales y para este se han previsto otras 84 aperturas en Madrid, Cataluña, Baleares, Canarias, Aragón y Almería. A la obra social se destinarán este año 4.500 millones.
El resultado consolidado del grupo crediticio, antes del pago de impuestos, ascendió a 42.406 millones de pesetas, con un crecimiento del 18,46% respecto al ejercicio precedente. El director general, Fernando García Checa, sacó los datos del conjunto de cajas españolas para subrayar los buenos resultados del grupo valenciano. Los beneficios antes de impuestos crecen en el conjunto un 10% y los netos un 11% frente al 18% y el 22% de Bancaixa. Según el presidente, Julio de Miguel, estos datos son resultado de la actividad típica bancaria. El margen de explotación creció al mismo ritmo que los beneficios, un 18%, por la contención del gasto y el aumento de la cifra de negocio. Y el margen de intermediación, que rondaba los 98.000 millones de pesetas, aumentó cerca del 12%, casi el doble que la media española.
Del balance del grupo destaca la evolución de la inversión crediticia, que mantiene un fuerte crecimiento, concretamente del 18%, y el volumen de negocio (5,3 billones de pesetas), que subió un 9%.
La tasa de morosidad se situó al cierre del ejercicio en el 1,14% de las inversiones crediticias y la cobertura para insolvencias está dotada al 153%.
Con estos datos, que De Miguel considera excelentes, el grupo destinará 4.500 millones de pesetas a la obra social, 820 millones a la Fundació Caixa Castelló y el resto a la Fundació Bancaixa. La política de gasto será la misma de años pasados.
El grupo acaba un año en el que ha impulsado, de acuerdo con su plan estratégico, la apertura de nuevas oficinas fuera de la Comunidad y continuará haciéndolo en ejercicios sucesivos. El año pasado se abrieron 86 oficinas y para este ejercicio están previstas otras 84 aperturas. Un 20% de la red del grupo financiero, 1.019 oficinas, están fuera del territorio valenciano.
El negocio del grupo fuera de su territorio natural rozaba a finales del año pasado los 900.000 millones de pesetas, una quinta parte sobre el total. Esta partida creció en 1999 en cerca de 100.000 millones de pesetas.
De Miguel, en su resumen de las actividades más destacadas del grupo, se refirió a la emisión el año pasado de 50.000 millones de pesetas en acciones preferentes o pseudoacciones, una fórmula, inédita en el mundo de las cajas españolas, concebida para captar fondos. Este programa se completa con nuevas emisiones de bonos de tesorería, que han supuesto un total de 150.855 millones de pesetas. La tercera vía de financiación adicional se concretó en otra emisión de deuda internacional, presentada en Londres en 1998, que supuso un aporte adicional de fondos de 68.000 millones. También el año pasado se integraron definitivamente las oficinas del Sindibank en la red de Bancaixa.
El grupo, en palabras de su presidente, reforzará su posición en el sector de seguros y de telecomunicaciones. Su última apuesta de negocio es el consorcio Movi2, en el que participa junto a otros socios, que presentó a principios de enero una oferta por una de las licencias de telefonía móvil de tercera generación. Según valoró García Checa, esta inversión, de adjudicarse a Movi2, no será rentable para Bancaixa hasta dentro de cuatro años o cinco años.
El presidente se refirió, por último, al recién acabado proceso de renovación de la mitad de los órganos de gobierno de Bancaixa. "Ha sido bastante razonable porque rápidamente se llegó a una solución entre los diferentes representantes de la caja", declaró De Miguel.
Del recién nombrado vicepresidente de Bancaixa, el socialista Eduard Montesinos, De Miguel se mostró convencido de que se volcará en la caja. "Es mucho más razonable y fácil el funcionamiento de los órganos de gobierno de lo que se refleja en los medios de comunicación, que a veces publican lo más puntual pero no lo más significativo para el funcionamiento de Bancaja", dijo.
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