Milián se plantea disputar a Piqué y Fernández Díaz el liderazgo del PP

VIENE DE LA PÁGINA 1 Los principales dirigentes del PP en Cataluña desconvocaron la reunión prevista del comité de campaña y, salvo Piqué, se encerraron todo el miércoles en una maratoniana reunión que se prolongó hasta pasadas las tres de la madrugada.

En la larguísima reunión se planteó en varias ocasiones la necesidad de hacer caso omiso de las directrices de Madrid. Fuentes de la dirección explican que quienes lo propusieron defendieron que ésta era la única vía para que el PP supere su estigma de partido ajeno a Cataluña y supeditado completamente a Madrid.

Entre estos dirigentes, la decepción causada por Piqué, a quien consideraban una garantía para la autonomía del partido, era enorme. Alrededor de la medianoche, quedó descartada la posibilidad de elevar a la dirección nacional una propuesta exclusivamente catalana y todos los dirigentes asumieron la imposición de Gortázar y procedieron a discutir los flecos de la candidatura, que dieron por cerrada a la 1.30 horas.

Tira y afloja

Una vez convencidos -aunque a regañadientes-, los principales dirigentes del PP catalán convocaron al comité electoral de Barcelona, el organismo técnico que ratifica las listas, integrado por militantes de base. Sus nueve miembros llevaban casi seis horas aguardando las deliberaciones de sus líderes, pero cuando conocieron la lista se negaron en redondo a estampar su firma en la propuesta que formalmente hace el partido en Cataluña.

El tira y afloja entre los dirigentes del PP catalán y los miembros del comité electoral duró todavía casi dos horas. Al final, los integrantes de este organismo accedieron a firmar la propuesta de candidaturas, aunque con un añadido: un anexo crítico con la composición de la candidatura.

Fuentes del comité electoral y de la ejecutiva regional explican que al final los miembros del comité añadieron un apéndice en el que expresan su malestar por la lista que ellos mismos proponen. En el añadido consideran que el partido cuenta con personas más idóneas que las propuestas y aconsejan que la candidatura la formen personas más conocidas en su circunscripción, en clara referencia a Guillermo Gortázar.

La inclusión de Gortázar tuvo ayer todavía una nueva consecuencia: la renuncia a última hora de Manuel Milián Mestre, que rechazó la posibilidad de ocupar el número siete de la candidatura de Piqué. En 1996, este histórico dirigente del partido, que durante tres décadas ha sido el hombre de confianza de Manuel Fraga en Cataluña, fue el sexto de una lista que obtuvo precisamente seis diputados.

Milián esperó hasta el último momento antes de excluirse de la lista. A lo largo de todo el día recibió llamadas de la plana mayor del PP, incluidos el propio Fraga y el presidente del comité electoral nacional, Ángel Acebes, para que reconsiderase su actitud.

Fue en vano. Los diputados al Congreso Salvador Sanz y Sergio Gómez Alba, anteriormente vinculados a Vidal-Quadras, le precedían en la lista, al igual que Gortázar, lo que consideró inaceptable. "Considero que ir en el número siete es un mal puesto para un fundador del partido que durante 30 años ha dado de forma sistemática y coherente la cara por el PP", señaló Milián Mestre, quien dijo sentirse "emocionado" por las muestras de apoyo recibidas. El hasta ahora diputado, de 56 años, censuró la poca sensibilidad catalanista que a su juicio tiene la candidatura. Además, analizó en términos muy críticos la situación por la que atraviesa el PP de Cataluña: "El problema es que las cosas se deciden en Madrid".

Piqué lamentó la decisión de Milián Mestre y subrayó que siente un "aprecio muy profundo" por su trayectoria. No obstante, señaló: "No hay que darle más vueltas, sino que hay que mirar hacia el futuro".

El portavoz de la Gavina Blava -corriente que agrupa a los militantes críticos con Alberto Fernández Díaz-, Josep Molero, advirtió de que el PP de Cataluña corre el peligro de "entrar en el inevitable camino de la desaparición". Molero pidió a la dirección nacional de la formación que convoque unas elecciones primarias y un congreso abierto en el que "voten todos los militantes, no sólo los sumisos".