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Setién asegura que se va por "cuestiones de salud" y no por "la presión de nadie"

El País

El obispo de San Sebastián, José María Setién, aseguró ayer que la renuncia a su cargo se debe a cuestiones relacionadas con su salud -está afectado de una dolencia cardiovascular que ya le ha obligado a pasar dos veces por el quirófano- y rechazó que en su decisión haya influido "la presión de nadie". Setién, quien realizó ayer sus primeras declaraciones tras confirmarse el pasado jueves su renuncia, resaltó que su determinación de dejar la Diócesis donostiarra la ha tomado "con plena libertad".

El obispo presidió ayer la ceremonia de confirmación de seis jóvenes en la parroquia de San Pedro, en la localidad guipuzcoana de Asteasu. Se trata del primer acto público de José María Setién desde el pasado jueves. Más de doscientos feligreses acudieron a la cita, muchos de los cuales aprovecharon la presencia del prelado para transmitirle personalmente su simpatía.Tras el acto religioso, Setién departió con los periodistas. "Se trata de una decisión muy pensada. He renunciado por mi salud y por el bien de la comunidad. He hecho lo que tenía que hacer. Y que sea para el bien de la diócesis", insistió tratando de zanjar las especulaciones sobre los motivos profundos de su relevo. Según algunas fuentes, el obispo jugó con habilidad sus cartas ante el Vaticano para conseguir una sustitución pactada, garantizándose que su sucesor no fuera alguien ajeno a la compleja realidad de la iglesia guipuzcoana.

Juan María Uriarte, un buen conocedor de la compleja realidad vasca -como lo avala su papel de mediador entre el Gobierno y ETA- asegura el continuismo en la diócesis. Setién ya había formado equipo con Uriarte hace unos años, cuando éste fue obispo auxiliar de Bilbao. Los dos juntos eran la cabeza visible de la Iglesia vasca. Setién no escatimó ayer elogios para su sucesor. "Estoy satisfecho con su nombramiento porque se trata de una persona muy inteligente y muy prudente que, además, conoce toda la realidad del País Vasco", dijo ayer. Sin embargo, el recambio de Setién bien pudiera haber sido el actual vicario general, José Antonio Pagola, si a principios de 1996 llega a fructificar la petición de Setién de que el Vaticano le nombrara obispo auxiliar para ayudarle, dada su delicada salud. Así, cuando a Setién le llegara la edad de la jubilación, a los 75 años, Pagola se hubiera convertido en su relevo natutal. El Vaticano rechazó la petición, sugiriendo que si estaba cansado, la mejor opción era una retirada.

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