"Ser artista es vivir del aplauso, y los aplausos no se comen"

Aunque nació en Barcelona, en 1973, Estanis Figueroa no lo dudó a la hora de marcharse a Los Ángeles, la capital del rock, siguiendo la llamada de su vocación. Allí estudió la carrera universitaria del music bussiness, para colaborar poco después en la oficina de Tomás Cookman, corresponsable del éxito de bandas como Los Fabulosos Cadillacs, King Changó o Café Tacuba. Hoy va por libre, defiende los intereses de sus grupos en las oficinas de las grandes multinacionales del disco y afina su olfato para descubrir nuevos talentos. Su gran apuesta se llama Titán, un revolucionario trío mexicano que será lanzado en todo el mundo la próxima primavera.Pregunta. ¿Cómo entra un joven en un mundo tan complicado?

Respuesta. Me marché de España con 17 años sabiendo que mi mundo era la música, y que aquí no iba a tener las posibilidades que ofrecen Estados Unidos o Inglaterra. En España no había instituciones que pudieran enseñarme realmente cómo es el negocio de la música. Acabé el COU en Los Ángeles con la intención de quedarme, era la época en la que comenzaba el boom de lo latino, y así empecé.

P. ¿Es tan despiadado el oficio como lo pintan?

R. Lo cierto es que tiene muchos más sacrificios que cosas buenas. Ser manager es una pesadilla, son demasiadas preocupaciones, he pasado hambre, he tenido que pedir prestado para coger el autobús... La vida del artista consiste prácticamente en vivir del aplauso, y los aplausos no se comen. La fama es sólo la punta del iceberg.

P. La eterna duda: ¿Multinacionales o independientes?

R. Bueno, sucede como con las personas, las hay buenas y malas. Se trata de seguir tus instintos y buscar esas buenas compañías. De todos modos, soy una persona que se rige por las excepciones, no por las reglas.

P. Pero todos acaban queriendo matar la gallina de los huevos de oro, ¿no?

R. Las discográficas te quieren cuando eres Luis Miguel. Sueñan con sacarte un sencillo y vender 10 millones de copias, por eso el bussiness es una pelea constante, un círculo vicioso: si no vendes, no te apoyan, y si no lo hacen, es muy difícil llegar al público. Del 95% al 99% de los que una compañía edita, no es rentable. Necesitan de un Michael Jackson, una Withney Houston o unos Rolling que cubran el resto de la pirámide, y todos quieren que seas tú.

P. Trate de convencer al lector de la bondad de los manager.

R. A mí me gustaría romper con la imagen del manager explotador que se lleva el dinero y exprime a los músicos. Me considero el quinto beatle, el cuarto titán. Estoy ahí para trabajar y vamos a partes iguales. De todos modos, hay bandas que no tienen manager, como Rage Against the Machine, y les va muy bien.