El Madrid se divierte un rato
REAL MADRID 98 ESTRELLA ROJA 78Real Madrid: Djordjevic (15), Alberto Angulo (16), Lucio Angulo (4), Struelens (9), Brent Scott (11); Herreros (17), Galilea (8), Iker Iturbe (10), Mijailov (8) y Roberto Núñez (0).
Estrella Roja: Lukovski (13), Rakocevic (6), Tica (3), Radmanovic (8), Jestratijevic (29); Bolic (4), Stanojevic (14), Aleksic (0), Vujanic (0) y Boskovic (1).
Árbitros: Resser (Alemania) y Dovidavicius (Lituania).
Unos 2.500 espectadores en el Pabellón Raimundo Saporta. En el otro encuentro disputado ayer por un equipo español, el Caja San Fernando perdió en terreno del Villerbaunne francés por 75-64.
Vivió el Madrid su noche más plácida, en la que se pasó un rato de lo más divertido a costa de un ¿rival? fantasmagórico, impropio de la máxima competición europea. Ganó por 20 puntos como pudo hacerlo por 40. Tiempo hace que los blancos no actuaban sin urgencias, sin el rostro crispado. Dicen que fue el Estrella Roja el que jugó contra el Madrid. Y lo que es menos creíble, dicen que se trata un equipo yugoslavo.
La única duda residía en conocer el momento en que el Madrid iniciaría su monólogo. Hacia el minuto ocho arrancó con él. Hasta entonces el Estrella Roja había aguantado con enorme entereza. El mérito, que conste, no fue suyo, pues el Madrid defendía como si le diera pena abusar. Por esa razón, cuando el marcador enseñaba un 17-16 sonrojante para los blancos, Scariolo pidió un tiempo muerto, ya que no era cuestión de alimentar más tiempo el morbo.
Ahí se acabó el conflicto. Los hombres altos del Madrid comenzaron a cerrar el rebote y la defensa adquirió cierta decencia. Y el Estrella Roja murió. Bastó para ello que el Madrid se pusiera un poco serio. Sólo un poco. Cuesta creer que el conjunto de Belgrado obligara al Barça, en la primera fase, a disputar una prórroga. Pero más aún cuesta creer que estemos hablando de un equipo yugoslavo, pues sólo consiguió tres triples en todo el partido. Más yugoslavo fue el Madrid, que se fue 18 veces al perímetro para anotar 11 triples.
Roto cualquier amago de igualdad, no quedó más que comprobar con cuánta saña golpearía el Madrid en el rostro de su enemigo. No se le fue la mano, la verdad sea dicha. Djordjevic fue el primero en marcar diferencias olvidando, quizá, que su padre es el director técnico del Estrella Roja. Al base serbio le imitaron enseguida los Albertos y el descanso enseñó lo anunciado (55-38). Lo que vino después no encontrará un hueco en la historia, porque en el Esttrella Roja sólo Jestratijevic y Stanojevic mostraban un nivel digno. Ellos, en exclusiva, evitaron que la paliza fuera histórica. Los demás estuvieron, pero como si no, con lo que al Madrid no le hizo falta que su gente diera recital alguno, quizá porque nadie reserva una exhibición para un entrenamiento.
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