Negociadora discutida

La actuación de la vicepresidenta de la gestora del PSPV, Empar Navarro, en las negociaciones con el PP para renovar parcialmente los órganos de gobierno de Bancaixa ha sido fuertemente cuestionada en el seno de su propio partido. Navarro, que acudió inicialmente a las negociaciones con los populares acompañada por el portavoz parlamentario, Antonio Moreno, tomó pronto la iniciativa. La vicepresidenta de la gestora, que forma parte del grupo más leal a Ciprià Ciscar, sorprendió a varios de los miembros de la dirección provisional cuando propuso el relevo de Josep María Cataluña, que ocupaba una de las vicepresidencias, por el ex diputado autonómico Eduard Montesinos, que en los últimos movimientos en el seno del PSPV había quedado descolgado orgánicamente. Desde ese momento, Navarro ha llevado el peso de las negociaciones con el vicepresidente del Consell, el popular José Luis Olivas, auxiliada, fundamentalmente, por Joaquín Planells.Tras pactar con el PP el pasado 27 de diciembre la lista que ayer se votó para renovar el consejo de administración de Bancaixa, Olivas, que ya había detectado la falta de experiencia negociadora de Navarro, vetó el día 7 la entrada de Montesinos en el consejo de administración. Una estrategia destinada a impedir su inclusión en la comisión ejecutiva del consejo de Bancaixa, el verdadero órgano de poder de la entidad, y reducir el peso del PSPV en la caja. El veto destapó el malestar de los propios consejeros socialistas en Bancaixa por la entrada de Montesinos, que llegaron a amenazar con rebelarse, lo que obligó a Navarro a buscar una componenda. Mientras el propio Zaplana apoyaba el veto de Olivas, Navarro llegaba a la asamblea navegando a la deriva sin ningún tipo de auxilio y a expensas de lo que decidiese el PP.