Putin destituye a la hija de Yeltsin y estudia un adelanto de las elecciones

Las especulaciones sobre un maquiavélico plan del Kremlin para realizar, antes del 26 de marzo, los comicios presidenciales se dispararon ayer después de que el jefe de Estado interino, Vladímir Putin, se reuniera con el presidente del Tribunal Constitucional, Marat Baglái, para tratar el tema electoral. A la salida, Baglái declaró que la Constitución rusa es ambigua, porque dice que, en caso de dimisión del jefe de Estado, debe llamarse a elecciones anticipadas en el plazo de tres meses, pero no establece ningún plazo mínimo. Putin aprovechó también su jornada en el Kremlin para destituir a la hija de Borís Yeltsin, asesora del presidente. Baglái opinó que en principio se podría convocar a los comicios cualquier día, en los tres meses estipulados por la ley fundamental. Teóricamente es así, pero es poco probable que puedan adelantarse a enero o febrero, ya que en Rusia no basta con que un partido presente su candidato y lo registre; se necesita recoger un millón de firmas (700.000 en casos excepcionales, como el actual), y eso requiere tiempo.

Además, quien fija la fecha de los comicios no es el Kremlin, sino el Consejo de la Federación, la Cámara alta rusa, formada por los líderes regionales, y en ella los rivales de Putin tienen posiciones fuertes. Por ello, a pesar de los presuntos planes del Gobierno para celebrar lo antes posible los comicios y aprovechar la popularidad de Putin, que está muy alta, será dificilísimo que logren realizarlas a fines de este mes. La incógnita no durará mucho: el Consejo de la Federación se reunirá mañana para fijar la fecha.

Por otra parte, Putin destituyó a una serie de funcionarios del equipo presidencial, entre ellos Tatiana Diachenko, hija de Yeltsin, que era su asesora de imagen y el principal conducto a través del cual la corte podía hacer llegar sus ideas al ex presidente.