"Arriesgarme me ha granjeado muchas simpatías"
A un amante del trabajo en el estudio de grabación le ha llegado la hora de volver al mismo. Es Quimi Portet, quien ayer inició en L"Espai una serie de tres recitales con los que despedirá la gira de presentación de Cançoner electromagnètic, su tercer disco en solitario y primero que ha presentado sobre un escenario. Desde los lejanos tiempos de Kul de Mandril, Quimi Portet no había asumido el liderazgo de un grupo en escena, y los resultados parecen haber sido espléndidos. "Es verdad", dice el músico; "ha habido unanimidad en el público, y todo el mundo parece haberse quedado satisfecho con mis actuaciones". "Puede ser", aventura, "que al haberme alejado de los registros de El Último de la Fila arriesgándome en nuevos caminos haya despertado una corriente de simpatía entre el público. El riesgo es comercialmente lesivo, pero consigues otras cosas cuando lo aceptas".Al margen de esta razón, Quimi Portet piensa que la seguridad que tiene en su material y en la forma de presentarlo en directo ha ayudado mucho al éxito de la gira: "Una gira que por cierto ha sido bastante modesta tanto en número de actuaciones, 20, como en la capacidad de los locales por donde he pasado, todos ellos reducidos". El tamaño de los locales ha ayudado a que Portet se reencontrase con unas sensaciones "que eran imposibles con El Último, una banda que por impacto, logística y popularidad hacía imposible locuras como las que me he podido permitir esta vez". ¿Locuras? "Sí; por ejemplo, desfilar a los acordes de una marcha militar por la platea, improvisar un solo sobre la marcha o tocar sin electricidad, cosa que hicimos en Ripoll. Otra: en Manresa nos fuimos, público y banda, hasta un bar y luego volvimos al local para seguir tocando. Son las ventajas de no ser una estrella".
Respecto a las sorpresas que esta gira le ha reportado, Portet destaca que no le hayan pedido jamás una canción de El Último, "cosa que me ha gratificado mucho", explica, "porque eso significa que el público sabía lo que iba a escuchar y aceptaba mi propuesta de entrada". Afirma que ha recibido otra sorpresa: "Comprobar que han sido bien acogidas canciones de mi anterior disco como Montserrat o La Rambla, temas que nunca antes había tocado en directo. Pensaba que la gente no las aceptaría tan bien y por fortuna me he equivocado". Tocar estos temas en directo tambien ha abierto nuevas perspectivas a su propio compositor: "Me he dado cuenta de que algunas letras tienen más calado que el que les atribuía. Si no se tocan los temas en directo, su vida es corta: los escribes, los grabas y los guardas. Si por el contrario los cantas una y otra vez, acabas encontrando nuevas lecturas".
Así las cosas, Quimi Portet ya no tiene tan claro que se divierta más en el estudio: "La verdad es que he disfrutado tanto en el escenario que la balanza se ha equilibrado". De todas maneras, Portet ya está de nuevo entre los botones de la mesa de sonido que tiene instalada en su casa. "Ya estoy grabando cosas que formarán parte de un nuevo disco. ¿Cómo será? Ni idea".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.