El conductor del taxi que arrolló y mató a un peatón se entrega en una comisaría
José Carlos R. V., de 32 años, el conductor de un taxi que arrolló el pasado sábado a un peatón y se dio a la fuga, se entregó ayer en la comisaría de Tetuán, según informaron fuentes de la Jefatura Superior de Policía. El detenido declaró ante los agentes que la víctima, Crisógono C. T., un ingeniero de 30 años, "le salió de repente" y que no pudo evitar el atropello. También añadió que no se dio cuenta que llevaba su cadáver en la parte trasera del vehículo.
El accidente ocurrió a las cinco y media de la madrugada en la confluencia de las calles del Marqués de Corbera y del Alcalde Sainz de Baranda. Según la reconstrucción policial y la autopsia practicada al cadáver, la víctima fue atropellada y chocó contra el parabrisas del vehículo. Lo rompió en el acto. La fuerza del impacto le hizo saltar por encima del techo y caer sobre la luneta trasera. En el parachoques delantero del taxi había restos de sangre, según la Policía Municipal.El choque posterior contra un árbol hizo que la víctima se encontrara boca abajo, con la espalda pegada al asiento trasero y la cabeza en el suelo del vehículo. Ayer se desconocía el punto exacto en el que se produjo el accidente. La densa niebla que cubrió la capital durante la madrugada del sábado pudo facilitar el choque.
Grupo de Homicidios
José Carlos R. V. se presentó ayer por la mañana en comisaría junto con su novia, María de las Mercedes A. O, de 39 años. La pareja acudió de forma voluntaria cuando se enteró a través de sus familiares y amigos de que la policía les buscaba por la muerte de Crisógono C. T. El Grupo de Homicidios había localizado su domicilio gracias al dueño del taxi, que facilitó la dirección exacta de José Carlos. Cuando los agentes acudieron a su casa, éste no estaba en ella.
La policía le interrogó durante toda la tarde. En su testimonio aseguró que estuvo tomando unas copas junto con su novia y otra pareja hasta la madrugada. Tras dejar a sus acompañantes, se marchó con María de las Mercedes con el taxi. Cuando iba por el paseo de la Castellana, a la altura del puente de Eduardo Dato, les salió Crisógono de repente de la acera y se cruzó en su camino, "sin que le diera tiempo a reaccionar". En su declaración aseguró que, cuando quiso percatarse, había arrollado al peatón.
José Carlos R. V. no se paró porque "se puso muy nervioso". Además, pensó que como el accidente se produjo en el paseo de la Castellana y había mucho tráfico a esas horas de la madrugada, algún conductor o peatón que estuviera por la zona se pararía a auxiliarle, siempre según la versión facilitada anoche por fuentes de la Jefatura Superior de Policía de Madrid.
El detenido asegura que continuó su camino sin darse cuenta de que llevaba en la parte trasera el cuerpo, ya sin vida, de Crisógono. Después se metió por la calle del Alcalde Sainz de Baranda y, tras derrapar, chocó contra un árbol en la confluencia con la calle de Marqués de Corbera. En ese instante, abandonó a la carrera el vehículo, junto con su novia. En su declaración insistió en todo momento en que desconocía, aun cuando dejó el taxi accidentado, que transportaba el cadáver en la parte posterior.
Los agentes de la comisaría de Tetuán comprobaron que el taxista condujo bajo los efectos del alcohol, pero que no había ingerido ningún estupefaciente, a pesar de ser supuestamente un consumidor habitual de drogas. José Carlos R. V. tiene dos antecedentes por robo con fuerza, según la versión policial.
María Mercedes se negó ayer a declarar en comisaría. Los dos detenidos pasarán hoy a disposición del juez de guardia acusados de homicidio y de omisión de socorro.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.