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El Madrid y el Barça se desploman

Superado su primer tercio, la Liga parece decididamente alejada de su habitual bicefalia. Los grandes se desangran sin remisión de siete días en siete días y su viaje por el campeonato es más una caída pronunciada que un asalto al título. El Madrid y el Barcelona volvieron a contar con derrota una jornada y su distancia del liderato es respectivamente de once (a sólo tres, en cambio, del descenso) y siete puntos. De la coyuntura se aprovechan los conjuntos gallegos, que han agarrado con firmeza el mando del torneo.Ambos resolvieron con autoridad sus exámenes. El Deportivo, en Madrid, ante un Atlético que enseñó una defensa impropia de la categoría, se concedió un homenaje en el primer tiempo. Sin mucho esfuerzo además: bastaba un pase cualquiera para hacer diana, para dejar en cueros al adelantado y mal organizado montaje táctico rojiblanco. El Deportivo, con Donato en jefe absoluto, se fue al descanso con 0-3 y se dejó llevar por la piedad en el segundo periodo, a la que Ranieri obsequió con la presencia del Valerón. Ya era tarde, con todo, y la cita se murió con 1-3.

Con menos holgura en el marcador (1-0) pero la misma en cuanto a superioridad, el Celta le puso la mano encima al Madrid. 25 remates frente a cinco resumen lo que fue el encuentro. Y la diferencia sideral no la puso esta vez tanto una versión maravillosa y seductora del Celta como la actitud acobardada del Madrid, un conjunto que asumió sin disimulo un papel menor, que se aceptó inferior. Sin Anelka y el eterno lío que le acompaña -se niega a jugar, le obligan a viajar, nadie le vio por Balaídos...-, el Madrid se defendió al patadón, renunció a la pelota y no supo cómo poner en conexión a sus delanteros. El Celta ganó sin despeinarse y dejó al Madrid a tres puntos del descenso.

El Barça, pese a que recuperó a Rivaldo, también resbaló. Sumó en Mallorca su cuarta derrota liguera consecutiva -si se añade la competición europea, son ya seis partidos sin ganar- en un noviembre negro. Ni un gol inicial de Kluivert le valió al conjunto azulgrana para sobrevivir. Las individualidades no asomaron por ningún lado, la sensación de equipo tampoco y el Barça acabó sometido por el carácter de los isleños y el fútbol exquisito de Diego Tristán y Stankovic.

A la fuga de los conjuntos gallegos en lo alto de la tabla ayudaron la derrota del Rayo en Vallecas ante el Athletic (1-2) y el empate que cedió el Zaragoza en casa frente al Valladolid (1-1).

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