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FÚTBOL Duodécima jornada de liga

Goles del Depor para la fiesta gallega

Los coruñeses derrotan al Sevilla (5-2) y alcanzan el liderato

Xosé Hermida

En contra de su costumbre, el Deportivo no falló en el momento de otear el liderato y cerró una histórica jornada para el fútbol gallego, que encaramó a sus dos principales representantes al podio de la clasificación. Fue un partido extraño, muy mal jugado por el Deportivo en la primera media hora, y que acabó con una atolondrada sucesión de goles, penaltis y expulsiones, y con un jugador de campo, Flavio, defendiendo la meta del conjunto local. Cuando el horizonte se tornó más confuso para el Deportivo, el conjunto de Javier Irureta sacó provecho de su contundencia y del talento de Djalminha, quien al fin parece haberse enterado de que el fútbol es un juego colectivo.El Deportivo resulta un equipo de reacciones muy previsibles, que parece sentirse más cómodo en situaciones de teórica inferioridad. Contra los grandes, siempre exhibe su mejor versión, del mismo modo que se empantana irremediablemente ante los rivales de medio pelo que llegan a Riazor con el propósito principal de cerrar el paso al adversario. En esos partidos de apariencia menor, el Deportivo no puede contragolpear, su recurso predilecto, y se dedica a la especulación. Pasea un aire meditabundo y se acomoda a la espera de que el simple paso del tiempo ponga de manifiesto la distancia que le separa de su contrincante. Cuando surge esa clase de ocasiones -y en casa, suele ocurrir bastante a lo largo del campeonato- el Deportivo sólo abandona su modorra si se le presenta alguna adversidad.

DEPORTIVO 5

SEVILLA 2Deportivo: Songo"o; Manuel Pablo, Donato, Naybet, Romero; Flavio, Mauro Silva; Víctor (Fernando m. 30), Djalminha (Fran m. 81), Turu Flores (Jaime m. 65); y Pauleta. Sevilla: Valencia; Corona, Prieto, Marchena, Nando; Alfredo (Otero m. 48), Francisco, Quevedo, Jesuli; Moya ( Tsartas m. 65); y Zalayeta (Juan Carlos m. 70). Goles: 0-1. M. 35. Francisco mete un globo desde la frontal del área y Moya se anticipa a la defensa. 1-1. M. 37. Djalminha, de falta directa. 2-1. M. 39. Centro de Manuel Pablo que controla Turu Flores con el pecho y la pelota le cae a Pauleta quien ultima a Valencia. 3-1. M. 67. Djalminha, de frente al área, mete con el exterior del pie hacia la izquierda, por donde aparece Romero y bate a Valencia. 4-1. M. 80. Centro de Fernando que remata Pauleta. 4-2. M. 85. Tsartas, de penalti. 5-2. M. 90. Pauleta, de penalti. Árbitro: Andradas Asurmendi. Expulsó a Songo"o (m. 84) y amonestó a Naybet, Flavio, Nando, Romero y Corona. Unos 20.000 espectadores en Riazor.

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Djalminha zanja la controversia

Anoche, con el liderato en juego, el Deportivo volvió donde suele. Tuvo media hora irritante, en la que sólo tiró a puerta una vez, mientras el Sevilla, con buen orden pero muy escaso de fútbol, dilapidaba un discutido penalti. El Sevilla no metía miedo a nadie, entre otras razones porque su técnico, Marcos Alonso, perpetró una de esas arbitrariedades a las que tan propensos son los caballeros del banquillo: dejó a Tsartas fuera del equipo. Pero tan holgazán estaba el Deportivo que el Sevilla, tras fallar el penalti, logró ponerse por delante sin hacer otra cosa que mantener la atención.

El Deportivo demostró entonces que se comporta como el perro de Paulov: sólo responde cuando le brindan un estímulo. La reacción gallega fue tan fulminante que en dos minutos dio la vuelta al choque. Porque este Deportivo gris pero eficaz atesora una temible pegada, que le permite salir en un santiamén de las situaciones más comprometidas y sacar un enorme partido tanto de faltas y saques de esquina como de los confusos lances dentro del área. El primer gol llegó gracias a una magistral rosca de Djalminha en un golpe franco. El segundo respondió a la otra modalidad, la del barullo en el área, resuelto finalmente por Pauleta.

El partido volvió a languidecer hasta que, mediada la segunda parte, a Djalminha se le encendieron otra vez las luces: con un pase colosal -lo golpeó con el exterior del pie y mirando para el lado contrario adonde iba dirigido- facilitó a Romero el tercer gol. Luego llegó el cuarto de Pauleta, tras un excelente centro de Fernando, y Riazor ya vivía la fiesta del liderato, que subió de tono cuando Irureta relevó a Djalminha, el hombre que desequilibró el partido, y puso en su lugar a Fran, ausente tras una lesión de medio año. Pero el choque, en otro ataque de rareza, se volvió majara de repente.

Quedaban cinco minutos cuando Otero encaró a Songo"o y el portero local lo derribó: penalti y expulsión. Tsartas -Marcos, como suele ser habitual en estos casos, se acordó de él cuando no había ya nada que hacer- transformó el lanzamiento con Flavio Conceiçao bajo los palos, porque el Deportivo ya había hecho todos los cambios. Parecía muy poco tiempo para que el Sevilla, noqueado desde el tercer gol, intentara la hazaña, pero la presencia de un portero accidental introducía un elemento de incertidumbre. El Sevilla no sólo fue incapaz de probar a Flavio una sola vez, sino que cometió un más que discutible penalti que transformó Pauleta en su tercer gol de la noche. Fue la extraña culminación de un partido anómalo, con fases insufribles y momentos espectaculares, y que permitió al Deportivo paladear de nuevo el dulce sabor del liderato. ¿Volverán los viejos tiempos?

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Sobre la firma

Xosé Hermida
Es corresponsal parlamentario de EL PAÍS. Anteriormente ejerció como redactor jefe de España y delegado en Brasil y Galicia. Ha pasado también por las secciones de Deportes, Reportajes y El País Semanal. Sus primeros trabajos fueron en el diario El Correo Gallego y en la emisora Radio Galega.

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