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FÚTBOL Duodécima jornada de liga

Un cabezazo frena al Madrid

La Real Sociedad arranca un empate en un partido que merecieron llevarse los de Del Bosque

Un cabezazo de nada pudo finalmente con el Madrid. Y le arruinó una tarde en la que insinuó progresos evidentes, de la que mereció salir con la frente alta y los tres puntos en el bolsillo. Vencido hacia la izquierda en la primera parte, atacando indistintamente por los dos costados en el arranque de la segunda, el equipo blanco estuvo a punto de sacar del campo a la Real Sociedad, que pisó el Bernabéu con la única pretensión de defenderse. El Madrid mejoró cuantitativa y cualitativamente la posesión, se mostró más dinámico, y hasta recuperó lo más valioso del repertorio de unos cuantos futbolistas, Savio y Seedorf a la cabeza. La suma de esos aspectos debieron alcanzarle para cerrar con éxito la contienda, por mucho que le faltara puntería y una pizca de imaginación en el último tramo del campo; por mucho incluso que ninguna de las mejoras tuviera relación alguna con Anelka, el hombre alrededor del cual el interino Del Bosque había construido su estrategia; por mucho también, si se quiere, a esa dimisión inconsciente que presentó el equipo tras la consecución del 1-0. Pero no le bastó.El fútbol volvió a ser cruel con el Madrid y le regaló un empate que el conjunto donostiarra, en realidad, ni siquiera peleó. Y si lo hizo fue de aquella manera, a lo Clemente, uno de esos técnicos que no deja abandonar el terreno propio a ninguno de los suyos sino es con un justificante firmado. Desde que esta Liga cambió su sistema de puntuación no se veía a un jugador fugarse a una esquina para entretener el balón y proteger un simple empate. Eso hizo ayer De Pedro en los últimos compases de un encuentro al que el Madrid no supo como regresar tras el 1-1.

REAL MADRID 1

REAL SOCIEDAD 1Real Madrid: Bizzarri; Míchel Salgado, Karembeu, Julio César, Roberto Carlos; Seedorf, Helguera, Guti, Savio; Raúl y Anelka (Geremi, m.83). R. Sociedad: Alberto; Rekarte (Guerrero, m.46 y Kuhbauer, m.61), Loren, Antia, Pikabea, Aranzabal; De Paula (Idiakez, m. 57), Gómez, Mutiu, De Pedro; y Sa Pinto. Goles: 1-0, M.67. Seedorf se va de Aranzabal con un túnel, centra hacia atrás y Savio fusila con la derecha. 1-1. M.77. Pikabea, de cabeza. Árbitro: Turienzo. Expulsó a Guti (m.80) por doble amonestación. Amarilla a Pikabea y Roberto Carlos. 70.000 espectadores en el Bernabéu.

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Durante 70 minutos el Madrid puso una sonrisa en la grada. La llegó a poner en estado de impaciencia, por lo que tardó en traducir su superioridad en el resultado, pero sin dejarla perder la mueca de satisfacción. Helguera organizaba bien, Guti disfrutaba como enganche, Raúl recuperaba sus costumbres de delantero, Savio irrumpía como una bala por el flanco izquierdo, Seedorf, sin perder su anarquía, arrojaba sobre el Bernabéu todo su poder de desequilibrio, y hasta Karembeu funcionaba razonablemente como central. Había ocasiones, una dosis más que aceptable de juego y mucha determinación. Mucho más de lo que se había visto últimamente por el Bernabéu.

La Real, uno de esos equipos que silban aunque no lleven la iniciativa, no logró sentirse a gusto bajo el dominio del Madrid. Savio estaba causando estragos por la izquierda, desbordando y doblando una y otra vez a López Rekarte, y Roberto Carlos se aprovechaba de la situación asomando por ahó con cierta frecuencia. Fue arrollado por Savio de tal forma López Rekarte que Javier Clemente le dejó en los vestuarios tras el descanso. Le suplió por José Félix Guerrero, que tampoco encontró la solución en los 15 minutos que aguantó en el campo. Pero el Madrid empezó a alternar de banda sus ataques y la Real se quedó sin recursos para aguantarle. Hasta Anelka, que volvió a dejar una actuación gris, intrascendente, se sumó al partido por unos minutos.

Fue entonces cuando Seedorf quiso poner su firma al partido. Agarró la pelota en la derecha y encaró a Aranzabal, le engañó con una bicicleta y luego se lo quitó de encima pasándole el balón por debajo de sus piernas; corrió hasta el fondo y centro hacia atrás. Por ahí apareció Savio que fusiló con la derecha. Un golazo que daba la razón a lo que sucedía en el campo.

Pero el 1-0 jugó contra el Madrid. La Real no invitaba al miedo, pero a los blancos les entró la sensación de estar obligados a proteger el resultado. Y dejaron a jugar, y pensaron en defenderse. Entonces, en un córner, Helguera flojeó por alto, Pikabea le ganó la posición y cabeceó cruzado para el 1-1. Lo demás fue impotencia local y viajes visitantes al córner.

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