Partido retrasado y viaje suspendido
A las 19.10, el público de San Mamés respiró reconfortado cuando la megafonía anunció: "Siguiendo las instrucciones del árbitro Carmona Méndez se procede a remarcar las líneas tras lo cual se dará inicio al partido". La actitud del colegiado había equivocado a la parroquía. Inmediatamente después de acceder al terreno de juego, bajo un intenso aguanieve que enblanqueció el césped, señaló a los jugadores el camino de los vestuarios. El Atlético se retiró tras él, mientras el Athletic permanecía en el campo durante unos minutos. Cuando los discípulos de Luis Fernández enfilaron el túnel de vestuarios, el público se temió lo peor.El granizo había cubierto en buena medida el terreno de juego, lo que dificultaba la visión de las líneas que delimitan el campo. Carmona no lo dudó y reclamó más cal. El Athletic arbitró una solución de urgencia. Una brigada de trabajadores de San Mamés se dedicaron a remover con un rastrillo las líneas marcadas para resaltar su grosor y permitir la visibilidad de los colegiados. Con 33 minutos de retraso daba comienzo el partido, o lo que fuera, con una banda anegada por el agua, más propicia para el surf que para el fútbol
El público, enfadado sobremanera con el colegiado por el despiste del comienzo, se hacía cruces con el aguante del césped de San Mamés ante el temporal que no cesaba.La Catedral se ha quedado sin alfombra
Tras el encuentro siguió la preocupación por el mal tiempo y por las previsiones alarmantes para las próximas horas en el norte de España. Por eso, el Atlético, que tenía previsto regresar a Madrid en autobús tras la finalización del encuentro, decidió dormir en Bilbao. El estado de las carreteras, con varios puertos cerrados a causa de la nieve, aconsejaron suspender el viaje.
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