¿Autoexilio?
No se sabe qué ideas se harán los lectores de su periódico que se encuentren en el número del día 27 de octubre con la frase (referida a Agustín García Calvo) "cuatro años después se autoexilió en París", pero a nada que se dejen llevar por el amor a las palabras no podrán evitar el asco que produce ese palabro "autoexilió" que tanto nos revela de la trivial retórica de la escritura periodística.Sin embargo puede no ser inútil recordar alguno de los hechos que se entrecruzaron con la huida de Agustín García Calvo en junio de 1969. Así, en enero de ese año las autoridades del antiguo régimen promulgaron un Estado de excepción que trajo como consecuencia numerosas detenciones, confinamientos y pasos a la clandestinidad. A mediados de febrero, el ilustre filólogo fue detenido y trasladado a los calabozos de la Dirección General de Seguridad, donde permaneció incomunicado y sometido a sucesivos interrogatorios durante unos veinte días, hasta que las autoridades decidieron confinarlo en Huelva y más tarde en Níjar, que fue donde estaba cuando el 21 de marzo se decretó el levantamiento del Estado de excepción.
En el mes de mayo sufrió una nueva detención (era la séptima u octava de los últimos cuatro años) que duró las correspondientes 72 horas para ser puesto en libertad, pero al poco tiempo la policía (al parecer, había descubierto algún otro crimen que imputar al filólogo) buscó detenerle de nuevo, pero en este caso no logra detener al presunto criminal, que, en cam- bio, tuvo tiempo para escapar por un vallecito de los Pirineos a la villa francesa de Ceret. Estos últimos procedimientos judicial-policiales perduraron lo suficiente para que en el año 1978 unos funcionarios (en este caso sirviendo al nuevo régimen) pasaran a molestar a don Agustín cuando se encontraba en la ciudad de Murcia.
Estas desdichas y otras más aparecen cantadas en los versos de "Anotaciones recordatorias de prisión y confinamiento en la primavera de 1969" (Del Tren. AGC. Editorial Lucina, 1981) o se usaron como materia del alegato contra la historia y su cronología en "Uno como Otro" (Que no, que no. AGC. Editorial Lucina, 1998).-
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