Pantani guarda silencio ante el fiscal

El fiscal Raffaele Guariniello chocó ayer con un muro de silencio. Marco Pantani, llamado a declarar como imputado por un presunto delito de fraude deportivo, se acogió al derecho a guardar silencio y salió de la oficina de Guariniello, acompañado de su abogado, apenas 10 minutos después de entrar. En la mesa del azote del dopaje en Italia (Guariniello investiga varios casos de dopaje en todo tipo de deportes), El Pirata dejó unos cuantos folios, documentos que explicaban todo lo que tenía que decir sobre el asunto. "Es mejor así", dijo Pantani a las decenas de priodistas que hacían guardia en las escaleras del Palacio de Justicia de Turín. "No tengo nada que esconder. He presentado un memorial para aclarar mejor mi situación".Guariniello acusa a Pantani de haberse dopado prácticamente a lo largo de toda su carrera, comenzando en 1995, por lo menos, cuando tras un accidente en la Milán-Turín se observa que su hematocrito se acerca al 60%. (Un hematocrito, porcentaje de glóbulos rojos en la sangre, superior al 50% es indicio, que no prueba, de un posible recurso al dopaje por eritropoietina). Según la ley italiana de fraude en el deporte, que data de 1989 y se puso en marcha cuando el escándalo de los partidos de fútbol amañados para manipular las quinielas, Pantani podría ser condenado a dos años de cárcel y a 50 millones de liras de multa. La acusación parte de la base de que Pantani, ganador del Giro y el Tour en 1998 y eliminado del Giro del 99 la víspera de su fin por tener un hematocrito superior al 50%, se ha dopado con EPO para ganar carreras, por lo que engañaba a sus rivales e incurría en el supuesto de fraude.