¡Mándale saludos a Rivaldo!

Munitis, con aire ingenuo, resumió ayer lo que significa Brasil para el fútbol: "Jugar contra Brasil significa para mí lo mismo que para los chavales del Portonovo jugar contra España". Dos horas más tarde, a las 15.00, decenas de personas se congregaban en el aeropuerto de Vigo para ver llegar a la seleçao. Niñas con las mejillas empapadas en lágrimas de emoción, chavalería embutida en camisetas amarillas, cazadores de autógrafos y curiosos. Estallaron en gritos cuando apareció un tal Antonio Carlos da Silva Mello, preparador físico, en un chandal azul oficial y con aspecto de bioquímico. Vieron a Roberto Carlos y el bullicio y los atropellos se multiplicaron. Y sólo vieron a Roberto Carlos: el madridista fue el único futbolista de la expedición. El resto de los convocados se terminarán de concentrar hoy al mediodía. Y Roberto Carlos, en cinco segundos de carrera por el hall del aeropuerto hacia el autobús, provocó más excitación en Pontevedra que toda la selección española. Lo siguió el segundo técnico, José Cándido Sotto Maior, Candinho, que reemplazará a Wanderley Luxemburgo en esta gira.Candinho quitó relevancia a las ausencias de Vampeta, Ronaldo, Felipe y Denilson. Opinó que, con Rivaldo y Savio, los que jugarán el sábado, son el núcleo de la primera selección de Brasil: "Salvo dos o tres jugadores, los que están convocados son la base de la selección de Brasil, son los que están jugando siempre. Queda definir el equipo, y eso lo haremos mañana a la tarde, durante el entrenamiento". Ayer fueron llegando uno a uno los jugadores al hotel del balneario de Mondariz, un palacete de estilo Tudor de principios de siglo, con una opulencia que contrasta con la austeridad de la residencia de la selección española en A Toxa. Jardel y Rivaldo llegaron por carretera, uno desde Oporto y el otro desde A Coruña. A los que juegan en Italia se los esperaba en un vuelo a media tarde. Y Savio, que se ha entrenado una sola vez con el Madrid desde que sufrió una rotura fibrilar, permaneció en la lista de convocados hasta última hora de ayer, cuando la federación brasileña descartó su concurrencia. "Nadie nos ha dicho que no puede venir", explicó Candinho antes de descartarlo, "pero viene".

Sobre su rival del sábado, Candinho fue elogioso, nada más bajarse del avión: "España me parece que está muy bien, con Camacho se ha clasificado muy bien para la Eurocopa y está haciendo un gran juego. Todos sus jugadores son importantes, Guardiola, Luis Enrique, Sergi, Morientes, Raúl... El partido será una fiesta, un encuentro de amistad". Colgado en la puerta del autobús, Roberto Carlos hablaba a la prensa en calidad de único representante del grupo de jugadores: "Es indiferente que esté Candinho o Luxemburgo, los dos son responsables. Espero ese partido como si fuera una final. Vamos a buscar una victoria; pero lo más importante es jugar bien y seguro que hacemos un gran juego, tengo la certeza de que lo conseguiremos".

Lo asediaba una muchedumbre de madres y niños. "¡Es mi ídolo...!", vociferaba una señora. "Roberto... Roberto... la camiseta.... eres mi ídolo... la camiseta la camiset...", un niño rompía a llorar cuando comprobaba que su mito se daba media vuelta sin firmarle la camiseta. "¡Que me firme la camiseta...!". Ya era tarde. El autobús se marchaba.

La selección española se había entrenado durante dos horas por la mañana. Ayer, después de un calentamiento prolongado, Camacho dispuso un partidillo con la colaboración de algunos jugadores del Portonovo, un equipo de regional preferente. En la localidad se cerraron dos colegios y un instituto para ver la práctica, aderezada con chicos del pueblo. Camacho reclamó un lateral, dos centrocampistas interiores y dos centrales. Fernando Cores, extremo derecha, se paseaba emocionado después del entrenamiento: "Nos hemos peleado en el vestuario para jugar este partidillo; incluso ha habido un delantero que se ha hecho pasar por lateral para poder jugar".

A la espera del duelo de mañana, la lista compuesta por la convocatoria de Brasil incluye 19 jugadores. Todos juegan en Europa: Aldair (Roma), Anderson (Lyón), Antonio Carlos (Roma), Cafú (Roma), César (PSG), Elber (Bayern Múnich), Emerson (Bayer Leverkusen), Evánilson (Borussia), Giovanni (Olympiakos), Jardel (Oporto), Marcos Assunçao (Roma), Rivaldo (Barcelona), Roberto Carlos (Real Madrid), Zé Elías (Bolonia), Silvinho (Arsenal) y Zé Roberto (Bayer Leverkusen). Los porteros no fueron precisados por el portavoz de la federación.

El paso de grandes figuras del fútbol brasileño por los clubes de Galicia ha sensibilizado a la población. Un guardia civil, dirigiendo el tráfico frente al hotel de Mondariz, lo comprobó al recibir un mensaje de un conductor gallego que iba de paso. Le gritó en la cara: "¡Mándale saludos a Rivaldo!".