Almunia insta a Aznar a poner orden en su Gobierno sobre el proceso de paz

El secretario general del PSOE, Joaquín Almunia, pidió ayer enfáticamente al presidente del Gobierno, José María Aznar, que aborde con toda intensidad "el asunto más importante que tiene sobre la mesa": el proceso de paz tras la tregua indefinida de ETA. "Algo no marcha", aseguró; "le pido que se dedique a poner orden, ya que parece que en lo que está volcado es en una campaña electoral de cinco meses".

Almunia da crédito a quienes afirman que hay fuertes discrepancias en el Ejecutivo sobre cómo afrontar el camino hacia la paz porque coinciden con sus datos. "Si el periódico Abc, que dirige el hermano de uno de los negociadores con ETA, dice que las cosas no marchan, es que debe ser así", declaró. [José Antonio Zarzalejos, director de Abc, es hermano de Javier Zarzalejos, uno de los tres interlocutores designados por el Gobierno.] "José María Aznar debe poner orden y acabar con las disensiones. Para llegar a buen término en este proceso no puede haber dos conductores", concluyó.No obstante, Almunia no pone el énfasis en las diferencias que puede haber entre Zarzalejos y el ministro del Interior, Jaime Mayor. Prefiere poner de manifiesto las de orientación y discurso que ve entre el propio Mayor y el vicepresidente primero, Francisco Álvarez Cascos. Uno de los argumentos del PSOE para constatar la existencia de disensiones en La Moncloa se centra en las distintas percepciones e intenciones de los miembros del Gabinete de Aznar respecto al PNV. Mayor es muy crítico con los nacionalistas vascos y, a la inversa, éstos incluso lo son más con él. En cambio, Cascos mantiene una relación fluida con ellos y, singularmente, con su presidente, Xabier Arzalluz. "Cada vez que Cascos quiere encauzar de manera positiva las relaciones del Gobierno con el PNV, Mayor hace lo contrario", apostilló Almunia.

El líder de los socialistas se refirió de nuevo a los 45.000 millones que van a percibir cien altos directivos de Telefónica por opciones sobre acciones. Así, precisó que no está en contra de éstas, "un buen estímulo para las inversiones", sino de que sean los directivos de empresas recién privatizadas los que las reciban.

En ese sentido, lo que al PSOE y a otras fuerzas políticas les parece un escándalo podría ser parcialmente paliado si triunfasen en el Congreso sus enmiendas a los presupuestos e incluso las redactadas por el PP cuando se revelaron los hechos. Con ellas los beneficiarios tendrán que ser muy rigurosos en su tributación a Hacienda. En cualquier caso, con vistas al futuro, Almunia considera que esto no es suficiente porque se produce una fuerte discriminación entre trabajadores de la misma empresa.

El secretario general del PSOE no se quedará hoy en París a la clausura del congreso de la Internacional Socialista para asistir en Madrid a la sesión de control al Gobierno, en la que preguntará a Aznar por el caso de Telefónica, " el mayor escándalo de los años 90". Y ayer reiteró que no sólo sus directivos gozan de tales beneficios. Lo hacen, dijo, todos los presidentes de las empresas públicas privatizadas "nombrados por Aznar".

Respecto a los contratos del AVE Madrid-Barcelona con firmas relacionadas con familiares de los dos altos cargos de Fomento dimitidos, los socialistas entienden que, aparte de Rafael Arias-Salgado, titular del departamento, Aznar también tendrá que dar explicaciones.