'VOYEURISMO' CON MUCHO RIESGO
Raúl Zárate, director de la prisión mexicana de Tapachula (Chiapas), ha pagado cara su afición a encaramarse a la azotea del penal para espiar a las parejas de convictos mientras mantenían relaciones sexuales en la sección conyugal de la cárcel. Zárate tropezó, perdió el equilibrio y murió en el acto tras caer desde una altura de siete metros junto a una cama ocupada por un preso centroamericano y su esposa. El sorprendido e indignado reo llamó a sus compañeros y a punto estuvo de declararse un motín, hartos los detenidos de la constante violación de su intimidad. Algunos testigos aseguran que el director del penal solía merodear de madrugada por el centro armado con unos prismáticos para sorprender a los presos "en pleno acto sexual con sus parejas". En el momento del accidente, Zárate portaba una revista pornográfica y unos binoculares.-
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