El Mallorca derrota a Cúper

El Mallorca no respetó a su maestro y le dejó en situación crítica. Héctor Cúper comprobó por sí mismo que no hay peor cuña que la del propio palo y, además, el gol del triunfo lo marcó Diego Tristán, un jugador que la pasada temporada no entró en sus planes. El Valencia, que jugó con diez jugadores desde el minuto 57 por expulsión de Carboni, sigue montado en un tobogán en la Liga, donde no levanta cabeza. Los rojillos siguen sumando puntos y poco a poco se van alejando de la zona de peligro.El Valencia, y no se sabe por qué, se encoge en la Liga. Los mismos jugadores que causan admiración en Europa, se transforman de una manera incomprensible en el quehacer doméstico, y le dan cada disgusto a Cúper que un día acabarán con él.

El técnico argentino -recibido con una ovación en Son Moix- cogió un cabreo monumental con la penosa exhibición de la primera parte. De pie en su zona técnica, Cúper dejó claro que no está para bromas y en cada acción exige responsabilidades a cada uno de sus jugadores. De la quema no se salvó nadie. Enfrente sólo estaba el Mallorca, un equipo nada del otro mundo, pero muy crecido con la ayuda inestimable de las propias limitaciones de los jugaores valencianistas.

Cúper no halló el antídoto para combatir el sistema que él mismo creó. El enseñó al Mallorca a defender su territorio, marcarlo con autoridad y morder arriba a la primera de cambios. Así le convirtió en subcampeón de la Recopa y en la revelación de la Liga. Su invento funcionó a la perfección porque Vázquez se limitó a situar a sus jugadores en las mismas posiciones que en las dos últimas temporadas y dejó los experimentos -jugar con un sólo delantero- para otras ocasiones.

Diego Tristán no tuvo cabida en el primer equipo la pasada temporada. Cúper decía que le faltaba jugar "muchos partidos" para ser alguien en el fútbol español y le envió a la Segunda división. La venganza de Tristán se plasmó en un gol clave en la segunda parte, que además de dar el triunfo a su equipo, envió al Valencia a la zona crítica de la Liga.

El Mallorca ganó como en los tiempos de Cúper: defendiendo a muerte el golito. Claro que también contribuyó la expulsión de Carboni (min 57), que de una forma absurda dejó en inferioridad numérica a su equipo. Todo se alió para que Cúper saliera de Son Moix cabizbajo y derrotado, y de muy poco le sirvió el consuelo de que la afición isleña le despidiera con una ovación. Eso no le sirve, porque su equipo, y ahí le duele, sigue sin levantar cabeza en en la Liga.