Un personaje irrepetible

Aunque últimamente no estaba muy bien de salud, la repentina muerte de Primo Nebiolo nos ha sorprendido a todos. Derrochaba tanta actividad y tenia la cabeza tan lúcida, que nada hacía presagiar este rápido desenlace. Primo ha sido, desde hace muchos años, un dirigente clave en el deporte mundial. No sólo como Presidente de la Federación Internacional de Atletismo, sino además de la FISU (universitaria) y de la ASOIF (Asociación de Deportes Olímpicos de Verano).Formaba con Juan Antonio Samaranch lo que se ha dado en denominar el poder latino en las altas esferas deportivas, y su opinión e influencia eran siempre tenidas en gran consideración en cualquier foro o acontecimiento. Revolucionó el mundo del atletismo profesionalizándolo, no sólo en cuanto a permitir abiertamente que sus practicantes pudieran ganarse la vida con su actividad deportiva, sino en su organización, calendarios de competiciones, presencia en los medios de comunicación y búsqueda de recursos económicos.

Como casi todos los grandes dirigentes, era una persona controvertida, con muchos críticos, pero respetada por todos. Deja un vacío difícil de cubrir, pues a diferencia de Samaranch, que ya ha anunciado su retirada definitiva, Primo acababa de ser reelegido para otros cuatro años de mandato en agosto y no se vislumbraba su posible sucesor. Esto abre ahora una crisis en el mundo del atletismo internacional, cuyo Consejo directivo, tendrá que elegir cuanto antes a su nuevo presidente.

Nebiolo, saltador de longitud en sus años mozos y que admiraba mucho a Yago Lamela, ha sido un personaje irrepetible, con todo lo que ello significa. Se sentía muy a gusto en España y salió feliz de Sevilla tras disfrutar de su cálido ambiente y del gran éxito que supuso la celebración allí del Campeonato del Mundo.

El atletismo tendrá siempre una enorme deuda con Nebiolo, aunque algunos no estuviéramos a veces de acuerdo con sus decisiones o métodos para dirigirlo. Dedico su vida a desarrollarlo y potenciarlo a todos los niveles y sentía pasión por lo que hacia. Ha marcado época y habrá un antes y un después de su mandato. Espero que en el futuro sepamos continuar progresando a partir de lo que él inició.