LA REVOLUCIÓN HAVEL
No gustó a la opinión pública checa que su presidente, Václav Havel, violara recientemente las normas de tráfico cuando probó el último modelo de la casa Skoda, el Fabia, circulando a más de 160 kilómetros por hora cuando el límite legal establece los 130 en autopista y 90 en carretera nacional. Por eso el mandatario checo ha prometido introducir "la lentitud" en su vida y no circular sin luces o permisos especiales. "Estoy muy contento con esta determinación y proclamo esta pequeña revolución en mi vida", declaró a la radio checa el pasado fin de semana. Havel quiere evitar que se interprete como orgullo y arrogancia el paso raudo y apresurado del séquito presidencial, ante quienes algunos sacan la lengua y hacen gestos obscenos. "Dejaré así de lado algunos deberes presidenciales, pero tendré tiempo para reflexionar, descansar y podré observar los coches de la otra gente que espera a mi lado", reflexiona el mandatario, al tiempo que reconoce que no sabe si será capaz de cumplir sus planes.-
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