Jiménez existe y gana
El golfista malagueño alcanzó la victoria con una extraordinaria última jornada
Llegado el momento, en la hierba del green del 18, Sergio García y Miguel Ángel Martín se pusieron de rodillas y adoraron a su dios. Después se echaron a correr para abrazarlo. Antes, El Niño agarró en vuelo a Miguel Ángel Jiménez hijo, cuatro años y medio de niño, y se lo presentó a su padre. José María Olazábal, casi inválido con un tirón lumbar, fuera de juego antes de empezar, se asomó al balcón del hotel, justo encima de la caseta donde se firman las tarjetas, y susurró fuerte y audible: "Pisha, Pisha". Y Montse, la madre, dando botes. Celebraban como niños el triunfo del jugador español más querido por sus compañeros golfistas.Miguel Ángel Jiménez, de 35 años, de Churriana (Málaga), Pisha para los amigos, ganador con una extraordinaria cuarta vuelta del Volvo Masters en el campo de Montecastillo, en Jerez de la Frontera. El primer español que gana en sus 12 años de existencia el torneo que cierra el circuito europeo.
Una pesada carga
Y, sin embargo, se equivocó Miguel Ángel Jiménez. No hizo falta que llegara al -20 que él mismo había pronosticado la víspera para agarrar el trofeo de ganador. Le valió con -19 (-7 ayer), y hasta podía haber dado un golpe de más. Retief Goosen, el golfista surafricano que parecía de granito, tres días seguidos arriba en el liderato, no soportó apenas la carga del malagueño (ocho birdies, comenzando ya en el primer hoyo, y un solo bogey), que en el hoyo 14º le dio alcance (-17 para los dos), en el 15º, con otro birdie, le despojó y en el 16º (tercer birdie consecutivo de Jiménez en los segundos nueve) le sepultó.Sergio García, la sensación que llevaba toda la semana amagando con reventar el campo, siguió amagando y quejándose del putt. "No las meto y no las meto". Gran leit-motiv. Gran regularidad también: las cuatro rondas en los 60 (69-68-67-69). Pero sin la chispa para agobiar a los líderes. Quizás tampoco le habrían valido unos cuantos buenos putts para agobiar al ganador malagueño que se quiere tanto a sí mismo que no se corta. Que dice, porque le apetece: "He jugado fantástico. He jugado como el que inventó el golf".
Aunque el próximo jueves empieza en Valderrama el American Express, del circuito mundial, fue el jolgorio del hoyo 18 la fiesta de fin de curso del golf español en un año, 1999, espectacular: el Masters de Augusta de José María Olazábal, la irrupción de El Niño, la Copa Dunhill y Miguel Ángel Jiménez, el veterano que ahí está. Su segundo triunfo del año. El otro, también cerca de casa, el Turespaña Masters, en Málaga. Y casi 40 millones de pesetas al bolsillo.
Su victoria de ayer en Montecastillo es la sexta de su carrera en el circuito europeo. Y 1999 el segundo año consecutivo con dos triunfos. Séptimo en la Orden del Mérito europea.
Suficiente carga de razón para sentarse en la mesa de la conferencia de prensa, sentar a Miguel Ángel Jiménez hijo en las rodillas, agarrar el micrófono y dar un tirón de orejas colectivo a todos los medios de comunicación.
Creer en uno mismo
Lo hizo con una disertación. Discurso sobre el star system y el golf el año en que Sergio García, El Niño, acapara los titulares (léase con acento malagueño y una sonrisa en los labios): "Estos últimos meses he aprendido que no hay que dar nada por perdido, que hay que creer en uno mismo. Y ahora no me siento más estrella que ayer. Yo he sido siempre una estrella para mí, lo que pasa es que vosotros, la prensa, no me mirabais así. Yo me quiero mucho, me gusto, soy el mejor del mundo. Entiéndanme: el fenómeno García es muy bueno, muy importante para el golf español. Pero esto no es nuevo. Pasó con Seve a finales de los 70 y comienzos de los 80; pasó luego también con Olazábal. Y ahora pasa con El Niño. Pero no hay que olvidar. Hay que poner cada cosa en su sitio. Hay que hacer un repaso para acordarse de todos los que en la historia del golf español han sido. Hay que poner en su sitio a Cañizares y a Rivero, a Garrido, a Linhart, a Piñero... A mí. Nos olvidáis muy pronto. Hay que darle a cada uno lo que se merece en cada momento. Pero esto no es sólo un problema español, ni sólo de golf. Parece que sólo valen las estrellas fulgurantes. Elevar a la gente rápidamente. Y cuando no ganan, darles una patada en el culo".Miguel Ángel Jiménez también existe. Y gana.
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