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Muere Chamberlain, una leyenda

Como jugador, revolucionó el baloncesto en la década de los sesenta

Santiago Segurola

Wilt Chamberlain, el hombre que abandonó la NBA con 44 récords individuales, falleció ayer en Los Ángeles, a los 63 años. El cuerpo sin vida del legendario jugador de los Warriors de Philadelphia, Sixers de Philadelphia y Lakers de Los Ángeles fue descubierto por la policía, que atribuyó la muerte a causas naturales. Chamberlain figura entre los jugadores más grandes de la historia. Alrededor de él y de sus épicos duelos con Bill Rusell, el pívot de los Celtics en la década de los 60, la NBA creció hasta convertirse en uno de los grandes espectáculos deportivos de Norteamerica.Nacido en Filadelfia, Chamberlain estaba predestinado a cambiar el juego de baloncesto desde niño. Comenzó a derribar récords de anotación y rebotes desde su periodo escolar en el instituto Overbrook de Filadelfia. Aquel muchacho gigantesco, ingresó en 1955 en la Universidad de Kansas, donde dominó el juego con puño de hierro. Medía 2,15, pesaba 125 kilos y se movía con una agilidad desconocida para semejante tamaño, hasta el punto de participar con su equipo en pruebas universitarias de atletismo. Sobrepasó los dos metros en salto de altura y se ganó buena fama como cuatrocentista. Pero fue en las canchas de baloncesto donde resultaba imparable.

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Después de abandonar la universidad de Kansas, jugó durante un año con los Harlem Globetrotters, que le pagaron 50.000 dólares -una cifra astronómica por aquel entonces- en el año 1959. En 1960 fichó por los Warriors de Philadelphia. En su primer partido con el equipo de su ciudad, anotó 43 puntos y consiguió 28 rebotes.

Dos años después, protagonizó uno de los momentos estelares en la historia del baloncesto. El 2 de marzo de 1962, anotó 100 puntos -cifra jamás lograda por jugador alguno de la NBA- frente a los Knicks de Nueva York. Las estadísticas de aquella noche fueron: 36 de 63 tiros y 28 de 32 tiros libres. Esta última cifra sorprendió a todo el mundo, pues Chamberlain sólo tuvo un promedio del 51% de tiros libres convertidos a lo largo de su carrera. "No me pagan por anotar tiros libres", acostumbraba a decir.

Hombre de récords, siempre tuvo que aguantar las comparaciones con el gran Bill Russell. Chamberlain batía marcas y Russell ganaba títulos. Pero los dos que conquistó -en 1967 con los Sixers y en 1972 con los Lakers- tuvieron un carácter antológico. Aquellos dos equipos están por derecho propio entre los mejores de la historia de la NBA.

Chamberlain se retiró en 1973, con 36 años. Era una figura inmensamente popular en Estados Unidos, a pesar de su célebre lamento: "Nadie es hincha de Goliat". Él fue el Goliat del baloncesto, la máquina más devastadora que ha tenido el juego de ataque, un jugador inolvidable.

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