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Arqueólogos de la UAB excavan en Turquía un poblado de 9.000 años

Jacinto Antón

Siria, y ahora también Turquía. Los arqueólogos de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) que excavan desde hace nueve años en Tell Halula, en el valle del Éufrates (norte de Siria), han aumentado su área de trabajo al desplazar un equipo unos 100 kilómetros más arriba, al yacimiento de Akarçay Tepe, en el sudeste de Anatolia (Turquía), para integrarse en un proyecto internacional de investigación de este poblado, ocupado ininterrumpidamente desde hace 9.000 años hasta hace unos 7.500.

Akarçay Tepe, y ese es su gran interés, contiene restos de lo que parecen ser edificios de culto y podría arrojar luz sobre los orígenes de la religión. Y también sobre un asunto que quizá se considere menor ante el espiritual, pero que tiene su miga: la domesticación de la cabra. "Anatolia, a diferencia de los asentamientos en las zonas desérticas de Siria y Jordania de la misma época, está proporcionando ricos conjuntos simbólicos-religiosos", explica el arqueólogo Miquel Molist, que dirige el equipo de la UAB en Tell Halula y en Akarçay Tepe. Molist señala el caso de Çatal Huyuk, célebre yacimiento descubierto en los años setenta pero reexcavado, con nuevas aportaciones, desde 1994, y de los sensacionales hallazgos recientes de arqueólogos alemanes en Goblekli. De ese lugar, explica el arqueólogo: "Parece un importante asentamiento religioso, un santuario, un centro especializado en el mundo religioso; yo nunca había visto nada igual, han aparecido estatuas-estelas de seres humanos, de leones, de serpientes y de otros animales, de dos metros de altura. Es muy espectacular, y está en la misma zona donde trabajamos ahora nosotros, algo más al norte". En Akarçay Tepe, yacimiento de unas cinco hectáreas, han aparecido los restos de una decena de edificios de piedra, entre los que dos destacan por sus dimensiones y su arquitectura de una manera que hace pensar a los arqueólogos que se trata de posibles instalaciones religiosas, quizá templos. En relación con ellos se han hallado unas plaquetas grabadas con motivos geométricos cuyo significado no se ha podido aún dilucidar. Molist apunta que en Siria no aparecen yacimientos de esas características: "O no los hemos encontrado, o no existían, y era en Anatolia donde se concentraban este mundo religioso". El arqueólogo catalán indica la importancia del momento histórico en que se inscriben estos yacimientos turcos: "Estamos en la época de los primeros agricultores, la gente a la que se vincula con la idea de una diosa madre, relacionada con la fertilidad, y del toro como símbolo de la fuerza; se empiezan a configurar los primeros panteones de dioses, las primeras religiones organizadas. Estamos en el momento del nacimiento de la religión". Miquel Molist se muestra entusiasmado con el nuevo campo de investigación que se le abre a los arqueólogos catalanes en Anatolia, aunque eso no supone dejar el trabajo en Siria, en Tell Halula, donde seguirán excavando dos años más, hasta que el sitio quede anegado por las aguas de la nueva presa de Tchrine. "Me llamó un colega de la Universidad de Estambul y me dijo: "Vamos a excavar con la universidad japonesa de Tsukuba un yacimiento de primeros campesinos, neolítico, en Kurdistán, ¿os interesaría colaborar?", explicó Molist sobre la génesis de la expedición catalana a Akarçay Tepe . "Dijimos que sí porque el sur de Turquía muestra muchos paralelismos con el norte de Siria y en consecuencia ese yacimiento puede aportar información para el de Tell Halula; es, además, el de Akarçay Tepe, un proyecto de corto tiempo, dos o tres campañas, combinable con el de Siria, y podemos contribuir a él con el conocimiento de materiales que hemos obtenido en nuestro trabajo en el sur". El equipo de la UAB, que ha participado en la excavación el pasado verano, financiado por la Generalitat, se centra en los estudios paleoambientales y la investigación de las actividades socioeconómicas (especialmente agricultura y ganadería). En cuanto a la cabra, los arqueólogos creen que el lugar de origen de las primeras domesticadas, identificadas en Tell Halula, está en las montañas del norte, en la zona de Akarçay Tepe. "O se las capturó salvajes allí y llegaron al valle sirio a través del intercambio, o hay otro foco de domesticación en el norte que aún no conocemos", señala Molist.

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Sobre la firma

Jacinto Antón
Redactor de Cultura, colabora con la Cadena Ser y es autor de dos libros que reúnen sus crónicas. Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona y en Interpretación por el Institut del Teatre, trabajó en el Teatre Lliure. Primer Premio Nacional de Periodismo Cultural, protagonizó la serie de documentales de TVE 'El reportero de la historia'.

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