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El ex asesor jurídico de Gil declara que sólo hizo lo que quiso su cliente

El abogado José Luis Sierra, que fue principal asesor jurídico del alcalde de Marbella y presidente del Atlético de Madrid, Jesús Gil y Gil, declaró ayer ante el juez Manuel García-Castellón que la deuda por importe de 1.984 millones de pesetas que Gil se hizo reconocer en la asamblea de socios del club de septiembre de 1991 no se contabilizó porque no lo permitía el Consejo Superior de Deportes. Los peritos de Hacienda, sin embargo, sostienen que esa deuda fue inventada por Gil y la Fiscalía Anticorrupción denunció la presunta estafa. Sierra dijo ayer que sólo hizo lo que quiso su cliente, Jesús Gil, del que no tenía por qué dudar.

Sierra, que declaró como imputado en presuntos delitos de falsedad documental, estafa y apropiación, afirmó al salir del juzgado: "Los hijos de Gil quieren que yo sea el chivo expiatorio, cuando ellos son los que se llevan el dinero y yo soy el que va a la cárcel". El abogado añadió que Gil ha pagado en dinero negro los contratos de los jugadores del Atlético en los últimos ocho años.Ante el juez, Sierra fue menos contundente y, aunque su declaración supuso una exculpación para Gil, sostuvo que él sólo hizo lo que quiso éste. El abogado admitió haber realizado en 1989 el primer contrato de prenda, que suponía el reconocimiento de deuda, por algo más de 1.000 millones, siguiendo instrucciones de Gil. Y que el segundo, por más de 800 hasta totalizar los 1.984 millones, era copia del primero.

Explicó que la deuda no se contabilizó por exigencias de la Secretaría de Estado para el Deporte ya que, para sanear el club, antes de su transformación en sociedad anónima deportiva, se puso como condición que todo el dinero que se invirtiese en fichajes de jugadores no podía salir de las arcas de la entidad deportiva porque sus finanzas no se lo permitían, de modo que debían ser financiados por el presidente. Y esta deuda que el club tenía con Gil no se podía contabilizar, sino que sólo se llegaba a cobrar si en los balances de la entidad se llegaba a tener superávit. Según Sierra, esa fue la razón por la que la deuda no se contabilizó y sólo en septiembre de 1991, al aprobar las cuentas de 1986, 1987, 1988 y 1989, Gil exigió a los socios el reconocimiento de la deuda.

Engaño

Sin embargo, los inspectores de Hacienda, según la Fiscalía, han detectado los resguardos de fondos pagados por Gil por cada jugador, cómo se contabilizó y cómo se le devolvió la totalidad de esos gastos, antes de la asamblea de 1991, por lo que concluye que la deuda de 1.984 millones que Gil se atribuyó es ficticia, con engaño a los socios. Según el informe de Anticorrupción, en el momento de la transformación del Atlético en sociedad anónima deportiva, era Gil quien debía dinero al club y no al revés.

El viernes está prevista la declaración como testigos de Jesús Samper, que fue secretario general de la Liga de Fútbol Profesional, y Enrique Sánchez de León, ex ministro y directivo del Atlético en la época en la que fue presidente Vicente Calderón.

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Respecto al caso Gil, que se tramita en Marbella a propósito de la publicidad de las camisetas del Atlético, fuentes jurídicas informaron que ayer la Audiencia de Málaga rechazó 14 recursos de queja planteados por Gil o los otros imputados contra resoluciones del juez Santiago Torres. La Audiencia entiende que las alegaciones deben de formularse al principio del juicio como cuestiones previas.

Por otro lado, el Tribunal de Cuentas no ha admitido el recurso presentado por Gil, en calidad de alcalde, por el que pretendía impugnar la fiscalización del Ayuntamiento de Marbella y sus sociedades participadas en los ejercicios 1990-1999.

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