Dani ridiculiza al Betis
El Barcelona golea al Betis en un partido presidido por los tres tantos del ariete catalán
En un soplo, como quien no quiere la cosa, desde una posición de suficiencia, resolvió el Barça un partido de alto riesgo por la huella que había dejado en el Camp Nou la exquisita victoria del miércoles frente a la Fiore. Le alcanzaron cuatro remates mal contados en ocho minutos para burlarse del Betis.A falta de fútbol, los azulgrana fueron efectivos y se entregaron a la pegada de Dani y al carácter de Luis Enrique, dos futbolistas impagables en los partidos huecos, para despachar la contienda en otra jornada en que se constató la profundidad del plantel, capaz de resolver los partidos de manera opuesta, por vía distinta, con fútbol (el miércoles) o con goles (ayer). Juegue quien juegue, el Barça gana. Tantas pelotas como enchufaron anoche los azuglrana entraron en el marco del Betis, convertido en una caseta de feria tras haber tenido la contienda de su lado.
BARCELONA 4
BETIS 1Barcelona: Hesp; Reiziger, F. de Boer, Abelardo, Sergi (Bogarde, m. 46); Luis Enrique (Litmanen, m. 61), Guardiola, Zenden; Simao, Dani y Rivaldo (Cocu, m. 56). Betis: Prats; Otero, Bornes, Filipescu, Luis Fernández; Finidi, Alexis (Cañas, m. 67), Karhan, Denilson (Romero, m. 67); Alfonso; y Oli. Goles: 0-1. M. 37. Karhan, a cesión de Alexis, transforma un libre indirecto por una cesión de Frank de Boer a Hesp. 1-1. M. 43. Disparo de Rivaldo desde fuera del área que Prats no atrapa y Dani remacha. 2-1. M. 45. Finidi no corta un balón por la izquierda, habilita a Sergi, y el centro del lateral lo remata Dani en el segundo palo. 3-1. M. 49. Guardiola saca un libre indirecto y Luis Enrique cabecea a la red. 4-1. M. 50. Luis Enrique pugna por una pelota en una larga jugada, toca para Dani y el ariete cabecea a la red. Árbitro: A. Asurmendi. Expulsó a Luis Fernández (m. 48) por doble amonestación y mostró la tarjeta amarilla a Finidi. Unos 70.000 espectadores en el Camp Nou.
El partido le pilló al Barça en mala hora, con una actitud aplatanada, decaída, propia de una jornada de resaca. El encuentro salió muy blando, quieto, sereno si se quiere, muy a gusto del Betis, que fue tomando posiciones en la cancha hasta llegar a la red de Hesp. La actitud azulgrana ayudó al colectivo verdiblanco a transitar por la cancha con cierta autoridad. El grupo de Griguol se tapó bien, trabó el juego cuando la pelota superó la primera línea de presión y después se desplegó sin temor, repicando una y otra vez, ora con Finidi, después con Denilson y más tarde con Alfonso, hasta marcar.
El gol expresó la desidia barcelonista, que se dejaba meter mano por todas partes. Frank de Boer puso la pierna, la pelota salió despedida hacia Hesp y el meta la agarró en una acción que el árbitro sancionó como cesión. Karhan redimió a los delanteros béticos con un remate que el portero barcelonista saludó sin más.
Partido por la mitad, con Guardiola muy apretado, el Barça atacaba mal y defendía peor. La zaga, repintada con la entrada de Frank de Boer y Abelardo, estaba irreconocible, concediendo un remate tras otro. Y la ausencia de Figo y Kluivert mermaba la capacidad creativa azulgrana, rebajaba su facilidad para generar ocasiones y redundaba en los centros de Simao y los disparos de Rivaldo desde cualquier punto. El empate llegó precisamente en un remate lejano del brasileño al que Prats no supo replicar. La pelota salió escupida y Dani no perdonó.
A diferencia de Kluivert, el ariete catalán no participa en la elaboración del juego, pero es más terminal. Le sale el gol por las orejas desde que está en el Barça. Dani liquidó al Betis en un plis plas, en cinco minutos más o menos, los últimos del primer tiempo y los primeros del segundo.
Los goles tuvieron un impacto brutal en el Betis, que además quedó en inferioridad por la expulsión de Luis Fernández en la jugada del tercer gol. El grupo de Griguol quedó desfigurado, convertido en un equipo ramplón y accesible, sin llegada al área contraria. Le falta consistencia y desaprovecha la sutileza y delicadeza de sus futbolistas de ataque. Nadie sabe que se trae entre manos Griguol, un técnico que corre el riesgo de gustar más por su carácter dicharachero y sus corbatas que por su trabajo futbolístico. Perdida la alegría verdiblanca y con Van Gaal rotando y rotando a sus futbolistas, el partido perdió interés y alcanzó situaciones experimentales.
Tiempo por ejemplo, para enyasar jugadas a balón parado. Guardiola viene practicando los libres directos e indirectos desde hace ya mucho tiempo. Los delanteros le leen muy bien sus diagonales como ayer Luis Enrique , autor del tercer gol. El Capitán no tiene suerte , sin embargo, en los lanzamientos directos: el de anoche se estrelló en el larguero de la meta de Prats.
Los remates y sobre todo los goles, abortaron cualquier debate sobre la falta de juego del equipo barcelonista en un choque de carácter contrario al del pasado miércoles ante el Fiorentina.
El miércoles jugó para marcar una media docena de goles y, sin embargo, se quedó en cuatro (4-2), y ayer su fútbol no daba para más que una victoria y alcanzó una goleada. El 4-1 le permite recuperar la senda de la victoria tras la derrota inesperada en Vitoria, donde el Alavés volteó al Barça. El miércoles recibe en el Camp Nou al Arsenal en otro partido que merecerá a buen seguro otra alineación.
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