El Caja San Fernando cautiva

Con todo en su contra, el Caja San Fernando sorprendió ayer al imponerse de forma contundente al curtido Efes Pilsen de Estambul. Tras dos años de ausencia en la competición europea, el Caja dejó entrever que su presencia en la máxima competición continental irá más allá de los octavos de final, objetivo inicial trazado por Javier Imbroda, sabedor de la dificultad que entrañan estas dos fases iniciales.Con sufrimiento, entrega y buenhacer el Caja se deshizo del experimentado conjunto turco, un equipo puntero en la Liga de su país y habitual de la Euroliga en los últimos años. Para ello, administró con sabiduría sus mejores armas: una defensa sólida y una rapidez y claridad de ideas en ataque que descolocan al equipo más pintado. Las armas que le llevaron la pasada temporada a alcanzar dos subcampeonatos, uno en Liga y otro en Copa. Pero antes hubo de sufrir. Y mucho.

El Efes Pilsen es un equipo temible por la altura de sus jugadores (entre los 1,94 del base Mulaomerovic y los 2,12 o 2,14 de los pívots Besok y Dal) y por la calidad individual y desiquilibrante de estos. Estas virtudes las plasman en un juego interior demoledor que acaba por ahogar al contrario. Pero éste era el Caja, un equipo que nunca da por perdido un partido y que acostumbra a resolverlos sobre la bocina. Ayer no tuvo que vivir esta agónica situación y, tras una espectacular segunda parte, doblegó al Efes de Estambul, que vio como el conjunto sevillano llegó a distanciarse en 19 puntos. Y todo a base de constancia, tanto en defensa como en ataque. Desde el inicio marcó el Caja el ritmo en la cancha. Hacer correr a las altas torres turcas era la baza a explotar. Pero los jugadores del Efes Pilsen pronto captaron la treta, renunciando en los primeros minutos a pelear por los rebotes ofensivos y así ganar tiempo para montar su también asfixiante defensa. Aún así, el Caja se dio un pequeño festín (13-6).

Mientras los turcos recortaban ventajas merced al poderío anotador de su alero Kutluay, máximo encestador del Efes, Imbroda planeaba cómo amarrar la victoria en la segunda parte tras el empate a 26 al descanso. Tras éste, Imbroda dio con la solución: romper la impenetrable defensa turca a fuerza de tiros desde el perímetro. Smith fue su alumno aventajado y materializó tres triples consecutivos que abrieron la brecha en el marcador (39-31, a falta de 10 minutos). Con su solvencia defensiva, que acabó con la sangría de la primera parte, y su eficacia en el tiro exterior, el Efes Pilsen acabó por desdibujarse.