"Sólo quedan dos puertos", dice el líder
El líder no está dispuesto a reconocer su victoria hasta el último momento. Pase lo que pase, se mantiene fiel al guión. Cada tarde, después de la etapa, acude al autobús de la meta para hacer declaraciones. Frente a él, a unos , metros de distancia, el jefe de prensa del Telekom, en actitud vigilante, casi como si se tratara de un comisario político. Ullrich no dice demasiadas cosas, no es un hombre que sorprenda en sus declaraciones. Cuando el jefe de prensa le hace una señal, se levanta como un resorte y abandona el lugar sin despedirse. La rutina se repite cada día. Incluso se repiten algunas preguntas. Como ésta: ¿se ve ya vencedor de la Vuelta? Y la respuesta no suele tener mucha variación. Suele ser un no. Quizás ayer, se permitió un matiz: "Sólo me quedan dos puertos. Todos siguen teniendo oportunidades. Estoy seguro de que los españoles me volverán a atacar mañana y eso es bueno para el deporte y para el espectáculo. Eso crea más expectación".El comprensivo Ullrich no está dispuesto a meterse en batallas polémicas viendo cómo algunos reclaman una alianza delos equipos españoles contra su liderato. "Hoy me han atacado mucho y me han atacado bien. No tuve problemas en el primer puerto y no he cedido demasiado tiempo al final". Tan correcto es Ullrich, que ni siquiera admite que su equipo no está capacitado para ayudarle en las ocasiones difíciles: "Nunca me he sentido solo. Mi equipo me ha ayudado mucho".
Eso es todo por lo que respecta a Ullrich, que no admite grietas en ese frente. A la señal del jefe de prensa, Ullrich se levantó y dejó a los presentes con la palabra y al traductor terminando su anterior respuesta.
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